Luego de que sus amigos fallecieran, José Manuel Pérez Míguez se ató a los cadáveres para evitar morir de frío y que los cuerpos se extraviaran. Los tres sujetos desaparecieron tras salir a practicar pesca submarina la tarde del sábado y fueron encontrados durante la madrugada del domingo, dos de ellos muertos, debido a la rotura del cable de la hélice que desestabilizó la embarcación y les destrozó la cabeza.
Las dos víctimas son Juan Torres Parada y Benigno Torres González, ambos primos, de 26 años, que solían habitualmente practicar ese deporte.
El sobreviviente, dueño de un restaurante, asistió a los funerales (foto) y se mostró quebrado.
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