El poderoso
cartel de Los Zetas, visto como el más sanguinario de México, atraviesa una
ruptura con sus sicarios empuñando las armas contra sus compañeros, en un nuevo
capítulo de la guerra antidroga que augura más violencia y caos.
Las matanzas
de Zetas contra Zetas, incluida la masacre de 14 supuestos miembros de la
organización en las afueras de la central ciudad de San Luis Potosí el mes
pasado, tiene que ver con el estallido de rivalidades entre el líder del
cártel, Heriberto Lazcano, y su segundo, Miguel Treviño, según investigadores.
Para el
Gobierno y los cárteles rivales de los Zetas, su división podría verse como
algo beneficioso. Sin embargo la explosión de violencia que ha generado se
avizora como un dolor de cabeza para el próximo presidente de México, Enrique
Peña Nieto, quien asumirá el 1 de diciembre.
Peña ha
prometido reducir a corto y mediano plazo los homicidios, y las ejecuciones
masivas que se han visto a lo largo de los seis años de gobierno de Felipe
Calderón, quien concluye su mandato con cerca de 60,000 muertos tras un combate
frontal contra los cárteles severamente cuestionado.
Pero la
ruptura de los Zetas, con sus cerca de 10,000 miembros enfrentándose entre sí y
luchando por territorio, abrirá un nuevo frente al complicado panorama de la
violencia que incluye también al poderoso cártel de Sinaloa, dirigido por
Joaquín "el Chapo" Guzmán.
"Es un
gran problema. Es como si el SIDA mutara. Ahora tienes que encontrar dos
vacunas", dijo un oficial del Ejército mexicano que combatió a los Zetas
en varios puntos del país.
El cártel fue
fundado con un grupo pequeño de desertores de cuerpos de elite del mismo
Ejército a finales de la década de 1990 por el entonces líder del cártel del
Golfo Osiel Cárdenas, actualmente preso en Estados Unidos.
Con el paso
de los años el grupo comenzó a tomar autonomía y a crecer hasta romper con el
cártel que le dio origen en 2010, generando sangrientas luchas que alcanzaron a
zonas antes a salvo de la violencia como la industrial ciudad de Monterrey.
Algunas
autoridades han tomado la actual ruptura como un éxito dentro de la estrategia
de seguridad, desde acciones en Estados Unidos contra sus bienes hasta
operativos de marinos mexicanos contra sus casas de seguridad y sus campos de
entrenamiento.
Interrogatorios
a Zetas capturados muestran que las disputas derivan del reparto de las
ganancias del cártel, de acuerdo con militares e investigadores.
En junio,
cientos de agentes del FBI en Estados Unidos aseguraron un enorme negocio de
cría de caballos de carreras supuestamente perteneciente a Treviño. En el
operativo fue arrestado José Treviño, hermano de Miguel, acusado de lavar
dinero con ese negocio.
Según el FBI,
el criadero de caballos recibía más de un millón de dólares por mes desde
México y tenía más de 300 caballos. El nombre de uno de ellos era "Cartel
Número Uno".
"La nota
hizo enojar a otros Zetas cuando descubrieron cuánto dinero se estaba llevando
Treviño, y con esta gente el coraje rápidamente se convierte en
violencia", dijo una fuente militar que habló bajo condición de anonimato.
La rivalidad
entre Treviño y el líder Lazcano se fue alimentando a lo largo de los años
mientras el cártel se expandió por 16 de los 32 estados de México y países de
Centroamérica como Guatemala y El Salvador.
La erupción
de violencia hizo que agosto fuera el segundo mes más sangriento desde que
asumió Calderón a finales del 2006, de acuerdo con los cálculos del diario
local Milenio, que estimó 1,341 muertes relacionadas con el narco en ese mes.
Cuando los
Zetas se enfrentan a los Zetas los resultados pueden ser especialmente
brutales. El cártel suele usar armamento militar y se le acusa de las peores
atrocidades en la guerra del narco.
En mayo,
fueron acusados de las muertes de 49 personas a cuyos cuerpos les cortaron las
cabezas, pies y brazos, para arrojarlos luego cerca de Monterrey.
El grupo
también ha sido responsabilizado del asesinato de cientos de personas halladas
en fosas comunes, la masacre de 72 inmigrantes extranjeros que se dirigían
hacia Estados Unidos y un atentado en un casino de Monterrey que causó 52
muertes.
Cuando las
pandillas se vuelven contra sí mismas, los asesinatos tienden a dispararse dado
que a los sicarios no se les dificulta encontrar a sus antiguos colegas.
"Ellos
se conocen, saben dónde andan, dónde viven, con quién conviven", dijo el
procurador de San Luis Potosí, Miguel Ángel García.
Un hombre que
sobrevivió a la masacre de San Luis Potosí al ocultarse bajo la pila de
cadáveres, pudo darle a la policía la dirección del jefe de los Zetas
responsable por ese ataque, lo que llevó después a un tiroteo de dos horas
cerca de una universidad de la ciudad, donde murieron tres sospechosos y otros
cuatro fueron capturados.
Algunos
expertos dicen que las disputas son de esperarse. "Cuando un cártel
extiende tanto sus tentáculos, es inevitable el conflicto interno", dijo
Mike Vigil, un ex jefe de operaciones internacionales de la agencia antidrogas
estadounidense, la DEA.
"No hay
honor entre ladrones. Todo está gobernado por el dinero y el poder",
añadió.
Algunos
investigadores dicen que la fragmentación de los Zetas es una parte necesaria
de la destrucción de la organización criminal, aunque otros temen que el
resultado final termine siendo más pandillas que combatir.
La ofensiva
militar de seis años de Calderón contra el narcotráfico ha llevado al arresto o
la muerte de 22 capos importantes y de decenas de miles de secuaces, llevando a
muchos grupos a dividirse, y las pandillas originadas en las divisiones tienden
a volverse más violentas y radicales.
Los 14 Zetas
hallados muertos en una camioneta en San Luis Potosí eran originarios del
norteño estado de Coahuila, y se cree que eran parte del grupo de Treviño que
fueron asesinados por sicarios al servicio de Lazcano.
Tras el
incidente han ocurrido otros 40 asesinatos en San Luis Potosí y el vecino
estado de Zacatecas que son atribuidos al pleito entre las dos facciones.
Una nota
cerca de uno de los cuerpos prometía un destino similar a todos los
"traidores". Y una mujer fue muerta a tiros tras visitar a un Zeta en
la cárcel, lo que indica que podrían estar poniendo la mira en las familias de
sus rivales.
Monterrey
también estaría convirtiéndose en escenario de esa pelea, con 33 muertes en dos
días el mes pasado.
Otros
cárteles rivales podrían tomar ventaja del pleito para tomar el control de sus
operaciones, o tomando partido por un lado u otro.
Servando
Gómez, el líder de los Caballeros Templarios, un cártel en el occidental estado
de Michoacán, publicó un video en internet pidiendo atacar a los Zetas,
específicamente al bando de Treviño.
"Hacemos
un llamado a todos los grupos que existen en la República Mexicana, grupos que
los medios de comunicación ya sea en la televisión o en la radio los llaman
delincuentes, para que nos unamos y hagamos un frente común para luchar en
contra de Los Zetas", dijo en el video.
"Especialmente
en contra del Z-40 Miguel Ángel Treviño Morales, ya que esta persona que con su
desmedida ambición ha propiciado tanto terror y tanta confusión social en
nuestro país", agregó.
La pelea ha
llegado incluso a los "narcocorridos", canciones populares que
cuentan las aventuras de los traficantes. Una canción en YouTube llama a
Treviño el "Nuevo Judas" y lo acusa de vender a los Zetas a la
policía.
"Traicionando
compañeros, a la cima logró treparse", dice la canción, acompañada de
acordeones y guitarras: "él trae muy bien su objetivo, ser el líder de los
Zetas". Reuters
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