La cifra exacta llegó a 701, lo que ya hace de 2010 el año más sangriento desde la invasión liderada por Estados Unidos en 2001 para expulsar a los talibanes del poder. En 2009 hubo 521 y en 2008, 295. La mayoría de los fallecidos este año son soldados estadounidenses (493) y británicos (101). Casi 150.000 efectivos internacionales están desplegados en el país combatiendo a la insurgencia talibán que está expandiendo su área de influencia.
Mientras tanto, las fuerzas afganas se enfrentaron hoy con un grupo de supuestos milicianos en el distrito de Jawaja Ghar, en la provincia de Takhar, el norte del país, matando a cuatro rebeldes, entre ellos un combatiente de la vecina Tayikistán, e hiriendo a otros cuatro, informó el gobernador del distrito, Mullah Mohammad Omar. La violencia talibán aumentó en la zona norte, considerada hasta hace tres años relativamente pacífica. Al menos 15 milicianos murieron en la provincia vecina de Kunduz a manos de las tropas afganas y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en una operación el luens en respuesta a un ataque suicida del domingo, en el que al menos 14 soldados afganos perdieron la vida.
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