El terror ha teñido de sangre el Ashura, la fiesta más sagrada del chiísmo en Irán. El grupo rebelde suní “Yundulá” se ha atribuido la autoría del ataque suicida que dejado alrededor de 40 muertos y medio centenar de heridos en Chabahr, en el sur del país. El atentado con explosivos ha tenido lugar a las puertas de una mezquita chií situada en una céntrica plaza en la que miles de fieles se habían congregado con motivo de la festividad religiosa. Según parece había dos kamikazes, pero uno fue detenido antes de que pudiera inmolarse.
Chabahr se encuentra en la conflictiva provincia de Sistán-Baluchistán, fronteriza con Pakistán y Afganistán. Esta región ha sido escenario de sangrientos atentados estos últimos años: en 2009 un ataque similar mató a 42 personas, la mayoría eran guardianes de la revolución.
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