Videos y
fotos muestran a uniformados y civiles que llegan en vehículos oficiales y
abren fuego la marcha estudiantil.
Eran las 3:13
de la tarde cuando cayó el cuerpo de Bassil Alejandro Dacosta en la acera. En
ese momento, la calle y la línea de tiro estaban en manos de individuos
identificados con uniformes, placas y vehículos del Servicio Bolivariano de
Inteligencia Nacional (Sebin) acompañados de otros vestidos de civil. Habían
tomado toda la cuadra desde la esquina de Ferrenquín hasta Tracabordo, en
Candelaria, después de que la Policía Nacional Bolivariana retirara sus
piquetes.
Universidad. Otros, entre los que se encontraba Bassil Dacosta, buscan resguardo y cruzan hacia una calle lateral: la esquina Este 2. El ángulo de la toma del video no permite identificar qué los obliga a devolverse 12 segundos después, cuando regresan corriendo y quedan en la línea de fuego. En la pared del restaurante que hace esquina, “La Cocina de Francy”, cae el cuerpo del guatireño de 24 años. En ningún momento se dejan de escuchar las detonaciones. Los vecinos describen la escena como “terrible”, “espantosa” y “de pavor”.
Dacosta es el
antepenúltimo de una fila de jóvenes que cruzan para escapar de las balas. Los
compañeros de jornada lo recogen cuando cae de frente sobre la acera y se lo
llevan cargado.
Con moto y
pistola. La señora “L” y su hijo estaban en el último piso de uno de los
edificios aledaños. Explica que minutos antes de la llegada de los uniformados,
la esquina de Trocadero estaba tomada por hombres y mujeres en motos, “de esos
que salen en la televisión”. Todos vestidos de civil. Algunos con cascos y
franelas, “otros con la cara tapada”. Disparaban hacia la esquina de Monroy,
donde había estado inicialmente el grueso de los manifestantes. “Sacaban el
brazo con la pistola, detonaban y luego se escondían”. En la pared de una
dependencia de la Alcaldía de Libertador se cuentan más de 10 impactos de bala.
Las nueve personas entrevistadas para este trabajo, coinciden en recordar el
estruendo de esta balacera.
Sin embargo,
este grupo que los vecinos reconocieron como “colectivos” conversaron unos
minutos con los uniformados y luego se retiraron. Los espacios que ellos
ocupaban fueron tomados por los hombres identificados como del Sebin.
A la cabeza
entró una moto Kawasaki Versys 1000 en la que iba de parrillero un hombre de
contextura gruesa, vestido de civil con camisa caqui y pantalón de jean, con un
radio de onda corta en la mano derecha. Parece llevar la voz cantante. Grita,
manotea, dirige. Después de que cae Dacosta, acelera y gesticula hacia un
hombre de camuflaje gris y negro.
En el momento
de la muerte de Dacosta, una toma y secuencias fotográficas recogen a por lo
menos siete hombres que desenfundan sus armas. Cinco de ellos las disparan de
pie, uno al aire y cuatro a la manifestación. Dos están uniformados.
Uno de ellos
lleva camisa blanca, pantalón verde militar, casco y lentes negros (ver foto).
En la mano izquierda lleva un anillo grueso con piedra. Se mueve en una moto
con placa oficial número 2-177.
El otro viste
camisa manga larga negra, jean y zapatos negros. No tiene casco ni lentes. Los
hombres de civil actuaban en coordinación con los uniformados.
Uno de los
tiradores recoge la moto que tumbaron los estudiantes. Dos hombres recolectan
los casquillos, mientras un grupo de guardias nacionales que fueron testigo de
los hechos, dan la espalda en sus motos y se van hacia el norte.
Interrogantes.
El jueves en la noche, en cadena nacional, el presidente de la República,
Nicolás Maduro, aseguró que ya habían identificado a los responsables de la
muerte de Bassil Dacosta, aunque un día después la policía científica hacía
estudios planimétricos en el lugar donde cayó el cuerpo de Dacosta.
Aparte de la
identidad de los responsables, hay preguntas que quedan por responder en la
investigación: ¿Por qué la GNB retira sus piquetes? ¿Por qué utilizan armas de
fuego para reprimir la manifestación? y ¿Por qué había civiles y uniformados
reprimiendo la manifestación? Fuente: Ultimas noticias Venezuela
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