El piloto salió ileso, de un espectacular accidente en Auckland, Nueva Zelanda, cuando trabajaba para poner un árbol de Navidad de metal, de siete pisos de altura.
Aparentemente, una de las aspas rozó una columna de metal, provocando el accidente. Afortunadamente no hubo muertos, y los tripulantes de la nave resultaron con heridas leves.
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