Los talibanes iniciaron hoy una campaña, para dinamitar la Loya Yirga o asamblea tradicional afgana, que tendrá lugar esta semana en Kabul y en la que se someterá al juicio de los jefes tribales la alianza con Estados Unidos.
Fuentes oficiales afganas aseguraron hoy, que la policía mató esta mañana a un presunto talibán, que pretendía atacar el recinto donde está convocada la cita, horas después de que los insurgentes anunciaran de madrugada que habían obtenido el plan de Seguridad de la reunión.
Sediq Seddiqi, portavoz del ministerio de Interior, afirmó que el supuesto atacante fue "identificado y abatido" en una de las puertas de la Universidad Pule Takhnic, en la que se celebrará la conferencia, en el oeste de la capital afgana.
El presunto talibán, "llevaba una bolsa con explosivos y se disponía a entrar en el campus universitario", agregó.
El atentado fue frustrado, unas doce horas después de que el movimiento talibán informara en un comunicado, que miembros infiltrados en la administración le han proporcionado los planes de seguridad previstos durante la asamblea.
Los insurgentes precisaron, que los planes proceden "de dos ministerios y de los cuerpos especiales de seguridad", y que la información en su poder consta de 28 páginas y 6 mapas, que les permitirán cometer ataques "letales y precisos".
"Con la obtención de los planes, queda clara la debilidad de nuestro enemigo, y se demuestra que entre sus filas hay desesperanza", se afirma en el escrito, en el que los talibanes subrayan su presencia en el aparato estatal.
El Ministerio afgano de Interior, había rechazado también en un comunicado, la reivindicación de los insurgentes.
En su nota, ese ministerio afirmaba que los "planes obtenidos son falsos".
"La reivindicación talibán, no tiene base y forma parte de su guerra por poner piedras a la Asamblea y perturbar el espíritu de los asistentes", sostuvo la cartera afgana de Interior en su nota, divulgada por la agencia local AIP.
Aparte del acuerdo que ha suscrito con EEUU para establecer bases de ese país cuando termine en 2014 la retirada de las tropas internacionales, el presidente Hamid Karzai presentará en la reunión para su aprobación el actual proceso de paz.
La conferencia, que se iniciará el miércoles, ha sido convocada a iniciativa del propio Karzai, por lo que no se prevé que, a su conclusión el sábado, los más de 2.000 participantes rechacen ninguna de las dos propuestas.
Pero además de cosechar el rechazo frontal talibán, las cuestiones sometidas a consideración suscitan el rechazo de algunos países limítrofes, que ven con recelo una alianza que ancla en la órbita norteamericana a un país cuyo control es vital en la región.
Según admitió en rueda de prensa la portavoz de la asamblea, Safia Seddiqi, "la Loya Yirga se llevará a cabo pese a la opinión en contra de algunos vecinos -en alusión a Irán y Pakistán-, que eran partidarios de su aplazamiento".
En el caso de Irán, el temor se basa en que ya tiene en su frontera occidental a un aliado de EEUU, Irak, y reproducir el mismo escenario en la oriental le conduciría a un escenario de emparedamiento por parte de Washington.
En cuanto a Pakistán, un Afganistán que defienda las posturas norteamericanas servirá para incrementar la fuerte presión que sufre por EEUU desde que el ex líder de la red terrorista internacional Al Qaida Osama bin Laden fuera abatido en mayo por un comando estadounidense al norte de Islamabad.
De acuerdo con fuentes diplomáticas acreditadas en Kabul, también países cercanos con envergadura y vocación de potencia regional ven con desconfianza una alianza que puede perjudicar sus intereses en sus respectivas áreas de influencia.
En ese segundo grupo, las fuentes citaron a Rusia, China y la India, que tratan de ganar posiciones en un país cuya situación geográfica le convierte en eslabón entre tres regiones de alto valor estratégico: Oriente Medio, Asia Central y el Subcontinente Indio.
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