Un camarógrafo de la cadena de televisión brasileña Bandeirantes, murió hoy domingo por disparos, durante una operación policial, en una favela de los suburbios del oeste de Río de Janeiro, anunció el grupo Bandeirantes en un comunicado.
Herido en el pecho, el camarógrafo Gelson Domingos, de 46 años, quien cubría la operación del Batallón de Operaciones Especiales (Bope) en la favela de Antares, fue trasladado de urgencia al hospital, a donde llegó sin vida. "Las tentativas de reanimarlo no tuvieron éxito", sostiene un comunicado de la secretaría de Salud.
Casado y padre de tres niños, el reportero murió en el ejercicio de sus funciones "víctima de la violencia que todos los días afecta a inocentes en Brasil", destaca el comunicado de Bandeirantes.
El camarógrafo llevaba un chaleco anti-balas, pero el proyectil de fusil, probablemente disparado por un traficante, atravesó el chaleco, sostiene el comunicado.
La policía civil solicitó a la cadena las imágenes tomadas por la víctima justo antes de su muerte, mientras que la Secretaría de Seguridad indicó que la prensa no había sido invitada a cubrir la operación policial en razón de los riesgos que presentaba.
El sindicato de periodistas de Río atribuyó la responsabilidad de la muerte del camarógrafo a la TV Bandeirantes.
"Fue una muerte anunciada. Los chalecos anti-balas no son seguros frente a las armas utilizadas por los traficantes y la policía", dijo la presidenta del sindicato Suzana Blass.
Un centenar de policías del Bope ingresó a la favela Antares, dominada por cómplices del narcotraficante Fernandinho Beira-Mar --detenido en 2005 en Colombia y encarcelado desde entonces en una cárcel de máxima seguridad en Mato Grosso do Sul (centrooeste de Brasil)--, donde fueron recibidos con disparos, según la Policía Militar, citada por el sitio G1 de Globo.
El operativo se saldó con la muerte de cuatro criminales y el arresto de ocho personas, entre ellas el jefe del tráfico de drogas en la favela, llamado "BBC", y su brazo derecho, conocido como "China". La policía incautó además armas y municiones.
Las autoridades del estado de Río, uno de los más violentos del país, iniciaron en 2008 una carrera contra el tiempo para pacificar la ciudad antes del Mundial de Fútbol de 2014.
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