Un hombre de 45 años, ingresó ayer en prisión provisional, después de que su mujer, de origen marroquí, denunciara el calvario que estaba viviendo. Su marido llevaba años propinándole brutales palizas, e incluso en ocasiones, le ataba una correa al cuello y amenazaba con asfixiarla, como modo de castigo.
Al parecer, la última paliza, en la que le rompió las costillas, convenció a la mujer de que debía denunciar para salvar la vida. Ayer, tras realizar un duro relato de las agresiones ante el juez, este decidió ordenar el ingreso del detenido en prisión provisional. Y es que la Policía Nacional, que se encarga de hacer una valoración sobre la situación de las mujeres maltratadas, determinó que se encontraba en «riesgo extremo».
Además, ella misma relató en su denuncia que su marido, con múltiples antecedentes por delitos de robo, tenía una pistola, aunque el arma no fue encontrada durante el registro en la vivienda que ambos comparten.
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