Con 62 años recién cumplidos, las filtraciones y los micrófonos abiertos "en el momento equivocado", acabarán matando (política y diplomáticamente), al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
No es la primera vez, que se extraen opiniones muy poco favorables, sobre su credibilidad por parte de estrechos aliados, pero el presidente francés, Nicolás Sarkozy, ha subido un peldaño en esta materia, haciendo las delicias de los medios israelíes, que recogen hoy la última perla.
"No le soporto, es un mentiroso", dijo Sarkozy al presidente norteamericano Barack Obama, el pasado 3 de noviembre durante la cumbre del G-20 en Cannes. Varios medios franceses como 'Le Monde', y el digital 'Arret sur Images', no han podido contenerse y han roto hoy el compromiso con los responsables de comunicación de los dirigentes, relatando las feroces críticas contra Netanyahu. Un periodista de la agencia Reuters, presente en los momentos previos a la conferencia de prensa conjunta, lo ha confirmado.
Lejos de defender al líder de su máximo aliado en Oriente Próximo, un resignado Obama, respondió a Sarkozy: "Tu estarás harto, pero yo tengo que lidiar con él todos los días". La combinación de micrófonos abiertos y falta de precaución de los dirigentes ha concedido, pues, una nueva oportunidad de conocer lo que realmente piensan, más allá de las declaraciones protocolarias.
La Oficina del primer ministro israelí en Jerusalén, aún no ha reaccionado a una conversación surgida tras la recriminación de Obama a Sarkozy, por su apoyo, y sobre todo no avisarle, al reciente ingreso de Palestina, como estado de pleno derecho en la Unesco.
No es la primera vez que un aliado estrecho, se queja de la política y actitud de Netanyahu. A principios de septiembre, se revelaron unas comprometedoras palabras del que fuera secretario de Defensa norteamericano, Robert Gates, en las que acusó, estando aún en el cargo, al primer ministro de "desagradecido", "no dar nada a EE.UU. a cambio del apoyo ilimitado", y "poner en peligro a su propio país, Israel".
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