Apenas unas
gotas de humo líquido, antes o después de la cocción, dan sabor a carnes rojas
y blancas, estofados, arroces, salsas y lo que se les ocurra. "Vendemos
unos 12 mil, que van en progresivo ascenso. Prácticamente, no tenemos
competencia", asegura el clan argentino que genera ingresos importantes
desde que se dedica a vender humo, según informa la revista Brando.
"Nos
acusan de vendedores de humo y nosotros respondemos que no es ninguna
acusación: ciertamente, elaboramos y vendemos humo en su forma líquida",
dice Paulo Agostinelli, a cargo de marketing y uno de los directores de Geson,
empresa que produce el humo líquido San Giorgio en su planta de la localidad
bonaerense de Villa Lynch.
Esta
compañía, en realidad, no inventó el humo líquido. Su aporte fue más bien
lingüístico y de divulgación, ya que a partir de 2006 impuso el nombre del
producto en el mercado argentino y adaptó para uso doméstico un elemento que se
utilizaba, desde hacía más de un siglo, para saborizar alimentos a gran escala:
conservas, quesos, fiambres y pescados ahumados.
Un dato a
saber es que la primera venta de este tipo se realizó en 1895 en Kansas City,
donde el farmacéutico Ernest Wright embotelló un condimento que bautizó como
"humo condensado”, según está publicado en Wikipedia.
Paulo
Agostinelli aclara que ellos desarrollaron su propia fórmula (“que es secreta,
como la de la Coca-Cola”) y prefiere contar la leyenda familiar. "Lo
primero que hicimos -dijo- fue la sal ahumada, pero queríamos aplicar el sabor
sin sal. Mi padre, Jorge Agostinelli, fundador de Geson, se obsesionó con
obtener unos cristales de gusto ahumado cuyo soporte físico fuera neutro. La
respuesta llegó de manera impensada. Un día, en la Patagonia, conoció a una especie
de científico loco que convertía las nubes de humo en líquido, siguiendo un
proceso semejante al de la lluvia. Así, investigando, dio con la solución.
Primero, se tercerizó la producción, y desde 2010, lo elaboramos
nosotros".
El aderezo
viene en frascos de 120 ml (precio final sugerido, $20) y en botellas de 1
litro ($80). Esta última presentación es para restaurantes. Apenas unas gotas
de humo líquido, antes o después de la cocción, dan sabor a carnes rojas y
blancas, estofados, arroces, salsas y lo que se les ocurra. "Vendemos unos
12 mil, que van en progresivo ascenso. Prácticamente, no tenemos
competencia".
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