Un convoy de la OTAN se vio obligado a dejar el territorio fronterizo entre Kosovo y Serbia ante las protestas de jóvenes serbios. Para no dejar que los tanques de la Alianza pasasen a los puntos de control, los manifestantes bloquearon el camino de acceso.
El comandante del Ejército de la OTAN, Erhard Buehler, explicó que quería evitar el derramamiento de sangre y por eso tomó la decisión de retirar las tropas. Los serbios utilizaron buldózeres, camiones, troncos y arena para bloquear las rutas. Las negociaciones anteriores entre representantes de Serbia y la OTAN no dieron resultado.
La situación en la región está muy tensa y según las palabras del ministro de Relaciones Exteriores serbio “es como un polvorín”. El Gobierno de Rusia también está muy preocupado con el conflicto. “La provocación de las autoridades kosovares desestabiliza la frágil situación en la región y conlleva una escalada de tensión, del mismo modo que afecta al proceso de negociaciones entre Belgrado y Pristina”, señala un comunicado oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia.
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