En Ciudad de México, una de las urbes más pobladas del planeta, la escasez de agua se ha convertido en un tema de suma preocupación. Para solucionar el problema del desabastecimiento, el gobierno local ha emprendido un proyecto para extraer el líquido vital de un pozo a dos kilómetros de profundidad.
Según datos oficiales, el 71% del agua que consume la ciudad proviene de mantos freáticos (pozos), de los que se extrae un promedio de 45 metros cúbicos por segundo, los mismos que ya empiezan a agotarse, debido a la sobreexplotación, lo que ha provocado el racionamiento en época de estiaje.
Para asegurar este recurso para las generaciones venideras, se han decido explorar mantos acuíferos a 2.000 metros bajo tierra con la utilización de maquinaria con la que se perforan pozos petrolíferos. La exploración de este pozo se encuentra en una delegación oriental de la capital mexicana y es el primer proyecto de esta naturaleza que se realiza en América Latina.
Además de la sobreexplotación de los mantos freáticos, otras fuentes de abastecimiento empiezan a tener problemas debido a la deforestación o las sequías.
“Este es un pozo prácticamente petrolero, pero para fines de abastecimiento de agua. Esto nos debe dar una idea del tamaño del problema que tenemos”, dijo a la prensa local el director del Sistema de Aguas de la Ciudad de México, Ramón Aguirre.
Es una “solución extrema que implica gastos adicionales de potabilización”, señaló Aguirre, ya que el agua que podría haber a esa profundidad está rodeada de rocas calizas, y es posible que no sea completamente potable. Otro de los inconvenientes serían los gastos de elevación del fluido desde esa profundidad, “pero es lo más factible que se puede hacer”, aseguró el funcionario.
Sin embargo, de cumplirse las expectativas, “sería una nueva fuente de abastecimiento que aportaría agua” por al menos 50 años, indicaron las autoridades del distrito federal.
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