Gary Newell,
un joven de 22 años, grabó los últimos momentos de vida de su ex novia, Joanne
Griffiths, de 19, porque temía que lo acusaran por su muerte, y así quiso
demostrar su inocencia.
La pareja, de
la ciudad de Haverfordwest (Reino Unido), rompió sus relaciones hace tiempo,
pero Joanne no quería reconocer esa ruptura. Cuando ella vio en un bar a su ex
novio con otra chica, perdió el dominio de sí misma.
Joanne, que
en aquel momento estaba borracha, le hizo una escena de histeria a Gary hasta
que la guardia del local, la sacó del establecimiento.
Su novio la
siguió e intentó tranquilizarla y acompañarla a su casa, pero la chica estaba
fuera de sí.
Ella escaló
la verja de una pasarela sobre una avenida. La Policía pronto llegó al lugar
del incidente, cerró la vía y llamó a un psicólogo, pero Joanne saltó del
puente. Después de esos acontecimientos trágicos, Gary presentó la grabación de
su última conversación con la chica y la escena del suicidio.
El joven
señaló, que había decidido filmar todo lo que ocurría con su ex novia, cuando
comprendió que era imposible evitar la tragedia y así demostrar su inocencia.
R.T.
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