Human Rights
Watch (HRW) revela detalles de la colaboración de la CIA y el MI-6 con los
servicios secretos de Muammar Gaddafi en capturas y torturas de presuntos
extremistas islámicos, así como en su posterior envío a Libia.
Un extenso
documento de 154 páginas está titulado 'Entregados en manos del enemigo: EE.UU.
permite el abuso y la entrega de opositores a la Libia de Gaddafi', fue
elaborado sobre la base de entrevistas a 14 militantes del Grupo Islámico
Combatiente Libio que fueron detenidos por los servicios secretos de EE.UU. y
del Reino Unido y entregados a Trípoli.
Es más, antes
de la extradición algunos de ellos fueron torturados por servicios de
inteligencia estadounidenses y británicos. Al menos cinco integrantes de ese
grupo fueron sometidos a intentos de ahogamiento con agua, entre otras, en las
cárceles secretas de la CIA en Afganistán. Más tarde, numerosos miembros de
esta facción islamista lucharon contra el régimen de Gaddafi y algunos de los
que sufrieron esos tormentos ocupan ahora puestos importantes en Libia. Por
ejemplo, Khalid al Sharif es ahora el jefe de la Guardia Nacional de Libia.
Parte del
informe de HRW fue elaborado a partir de los documentos hallados en septiembre
de 2011 en la oficina del ex jefe de los servicios secretos libios, Mussa Kusa
tras la toma de Trípoli por las fuerzas rebeldes.
“La magnitud
de los abusos cometidos por el Gobierno de Bush parece ser mucho mayor de lo
admitido en un principio y pone de manifiesto la importancia de iniciar una
investigación exhaustiva sobre lo sucedido”, afirma Laura Pitter, asesora sobre
lucha antiterrorista de HRW.
En el período
en el que fueron redactados estos documentos, durante la Administración de
George W. Bush, el coronel Gaddafi dio varios pasos de acercamiento a
Occidente, como el abandono de su programa nuclear, la promesa de destruir sus
armas químicas y biológicas y su colaboración con EE.UU. y el Reino Unido en la
captura de presuntos terroristas. R.T.
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