Una persona
que se hacía pasar “sanador”, infectó intencionalmente a 16 personas con el
VIH, aunque no se sabe por qué. Los relatos de las víctimas parecen historias
de terror.
Un hombre al
que le atormentaban las migrañas, relató que oyó hablar del “sanador” que
ofrecía en Berna, tratamientos de acupuntura para acabar con el dolor, a los
que añadía clases de música. Puso en él sus esperanzas.
“Me encajó
una aguja en la articulación del hombro derecho”, dijo. El hombre pensó que era
una vacuna. El “sanador” le dijo que se sentiría débil durante un par de
semanas. En realidad, había infectado a su “paciente” con el VIH.
El hombre de
45 años, que en junio hizo pública su historia en declaraciones al diario
Blick, es una de las al menos 16 víctimas del “sanador” de Berna.
Algunas
semanas después de haberle picado con la aguja, el hombre empezó a sufrir
ataques de fiebre y a perder peso. Un test sanguíneo confirmó que era
seropositivo. Eso casi le hizo romper su matrimonio, pues su mujer creyó que le
había sido infiel. Fue en 2004. Un año después, apenas había duda de la
historia del hombre, cuando se diagnosticó el VIH a otros hombres que tenían
algo en común: todos habían visitado al “sanador” profesor de música. Al
enterarse, la policía inició las investigaciones.
El hecho de
que se haya tardado más de siete años en que las pesquisas terminaran en una
acusación, está relacionado con el secreto profesional que obligaba a los
médicos.
No todos los
afectados querían dar su identidad. En cada caso hubo que comprobar si no se
habían infectado en otro sitio. Las investigaciones se complicaron porque el
supuesto “sanador” lo negó todo.
El atacante
consiguió la sangre contaminada de uno o varios enfermos de sida, dijo la
fiscalía. Pero dado que el acusado, que no es seropositivo, niega los cargos,
no se sabe qué lo llevó hacer esto.
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