En la ciudad de Tur,
en Francia, un juez decidió hacer la
reconstrucción de un asesinato con el perro de la víctima, que estaba con su
dueño en el momento del homicidio, para tratar de probar la culpabilidad del
acusado.
El perro labrador
llamado Tango, que fue testigo del asesinato de su dueño, según el juez, pudo
ayudar a identificar al asesino.
Según comunica
Itar-Tass, a lo largo del experimento el perro Tango no pudo reconocer al
presunto culpable. RT.
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