Un argentino y dos egipcios cumplirán hoy 18 días encaramados en una torre que servía de chimenea a una ex fábrica de Milán para pedir una regularización general que conceda el permiso de residencia a los inmigrantes que trabajan en Italia.
El italo-argentino Marcelo Galati, de 40 años, explicó hoy en declaraciones a los informativos del canal de la radio pública "Rairadio2" que "la lucha no se detendrá" y "que no se trata sólo de que se de un trozo de papel, el permiso de residencia, sino dar justicia a miles de personas que trabajan en este país".
"No estamos cansados, no sentimos frío porque tenemos la sangre caliente y vamos a continuar", agregó Galati.
Galati, que vive en Italia desde hace 8 años, no tiene problemas de residencia, ya que cuenta con la ciudadanía italiana, pero como miembro del Comité de Inmigrantes de Milán, que lucha por los derechos de los inmigrantes, decidió subir con otros cinco norteafricanos para llamar al atención sobre este problema. Con los días, la lluvia, el frío y el cansancio, sólo han quedado dos egipcios junto con Galati encaramados a la vieja chimenea de la ex fábrica farmacéutica Carlo Erba, en Milán. El italo-argentino, que está temporalmente en paro debido a los problemas de la empresa con la que trabaja, celebró anoche ante las cámaras de varias televisiones italianas el primer cumpleaños de su hijo desde 50 metros de altura. Galati, que para su hijo exhibió una pancarta que decía: "Te regalo un nuevo futuro", se ha hecho portavoz de una batalla en la que se pide al Gobierno apruebe "una regularización general de inmigrantes y no exclusivamente para asistentes domésticos o a ancianos", las últimas que se han hecho en Italia.
Para afrontar la protesta, hoy se celebrará una reunión con miembros de delegación de Gobierno de Milán, del Comité de Inmigrantes, de los sindicatos y de la Jefatura de Policía. Asimismo, los dos egipcios pedirán continuar en Italia
El italo-argentino Marcelo Galati, de 40 años, explicó hoy en declaraciones a los informativos del canal de la radio pública "Rairadio2" que "la lucha no se detendrá" y "que no se trata sólo de que se de un trozo de papel, el permiso de residencia, sino dar justicia a miles de personas que trabajan en este país".
"No estamos cansados, no sentimos frío porque tenemos la sangre caliente y vamos a continuar", agregó Galati.
Galati, que vive en Italia desde hace 8 años, no tiene problemas de residencia, ya que cuenta con la ciudadanía italiana, pero como miembro del Comité de Inmigrantes de Milán, que lucha por los derechos de los inmigrantes, decidió subir con otros cinco norteafricanos para llamar al atención sobre este problema. Con los días, la lluvia, el frío y el cansancio, sólo han quedado dos egipcios junto con Galati encaramados a la vieja chimenea de la ex fábrica farmacéutica Carlo Erba, en Milán. El italo-argentino, que está temporalmente en paro debido a los problemas de la empresa con la que trabaja, celebró anoche ante las cámaras de varias televisiones italianas el primer cumpleaños de su hijo desde 50 metros de altura. Galati, que para su hijo exhibió una pancarta que decía: "Te regalo un nuevo futuro", se ha hecho portavoz de una batalla en la que se pide al Gobierno apruebe "una regularización general de inmigrantes y no exclusivamente para asistentes domésticos o a ancianos", las últimas que se han hecho en Italia.
Para afrontar la protesta, hoy se celebrará una reunión con miembros de delegación de Gobierno de Milán, del Comité de Inmigrantes, de los sindicatos y de la Jefatura de Policía. Asimismo, los dos egipcios pedirán continuar en Italia
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