Una joven china, condenada a muerte por traficar con drogas, pidió como último deseo, arreglarse para su momento final ante un pelotón de fusilamiento.
La condenada pasó de ser una chica humilde, a convertirse en traficante por influencia de un novio, que huyó dejándola sola al ser detenida. Sus abogados, le propusieron declararse culpable para rebajar su pena, pero la estrategia no funcionó y fue condenada a muerte.
Aconsejada por la policía para confesar a cambio de la posibilidad de una sentencia más leve, Xiuling se declaró culpable, pero fue condenada a muerte. Según un periodista que la visitó, Xiuling estaba convencida de que su condena sería revocada. En su juicio Xiuling había declarado ante el juez: "Por favor, dame una segunda oportunidad para vivir. Yo quiero vivir. Todavía soy joven".
Sólo un par de horas antes de su ejecución, Xiuling finalmente aceptó su destino. Escribió una carta a sus padres pidiendo disculpas por ser "una decepción". "No sabía que me metería en tantos problemas. Yo quería ganar dinero, pero todo salió mal", decía a su padre.
Fue el reportero gráfico Yuhong Yan quien filmó sus últimas horas. Explica que parecía relajada porque estaba rodeada de compañeras de prisión y de guardias a los que ella consideraba amigos. Pero antes de su ejecución su estado de ánimo cambió. "La llevaron a firmar los papeles de la ejecución. Había un montón de gente que la miraba y yo era la única persona que reconoció”, señala el reportero. Añade que "ella me miró y sonrió. Traté de darle un aspecto reconfortante. Cuando se fue, estaba llorando. Para mí, ella parecía una niña. Creo que ella era inocente, son criminales, pero también son seres humanos”." Su último deseo fue una remera para estar guapa”, añade.
Temiendo una reacción oficial, el periódico de Yan decidió no publicar las imágenes. Pero fueron utilizadas por un sitio web de Hong Kong, lo que ha generado un debate social ya que recibió más de 3.000 comentarios.
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