Miles de guatemaltecos se sacudieron los malos espíritus, quemando simbólicamente al Diablo, en hogueras frente a sus hogares, en una tradicional celebración que marca el inicio de la temporada navideña, aunque la práctica es criticada por los ambientalistas.
Padres e hijos reúnen ramas secas y otros objetos inflamables, para hacer las fogatas frente a sus casas, a las que lanzan petardos y otros artificios pirotécnicos. Entre los objetos con que se arman las hogueras, se incluye papel, neumáticos de vehículos y ramas de árboles, entre muchos otros.
Con estas fogatas tradicionales, se conmemora la víspera del día de la Virgen de la Concepción, con lo que de paso se da inicio a las festividades navideñas, en un país donde el 70 por ciento de sus 14 millones de habitantes, son católicos.
La tradición se mantiene vigente, pese a que las organizaciones ambientalistas se oponen a ella, en razón de la gran contaminación que se genera después del atardecer, cuando comienza el encendido de las fogatas.
Por ello, un número creciente de familias ha optado por comprar monigotes de papel -con el número siete-, de tal manera que se mantiene el simbolismo pero con mucho menos efectos contaminadores.
Según el Ministerio de Ambiente, unas 500 mil hogueras en el país, emiten la misma cantidad de CO2 generado por un 1.5 millones de vehículos en una hora, además de toxinas por la naturaleza de los materiales que se queman, razón por la que ha pedido renunciar a esa tradición.
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