El grupo guerrillero peruano Sendero Luminoso, se considera derrotado y no va a volver a atacar, dijo en una entrevista a un medio local el camarada Artemio, considerado el líder de un remanente de esa organización, quien fue entrevistado en la selva del Alto Huallaga, en el sudeste de Perú.
Consultado por IDL-Reporteros, sobre si la guerra que inició Sendero Luminoso a comienzo de la década de los 80, terminó para esta organización en derrota, José Flores, alias 'Artemio', señaló que "sí, eso es real. No vamos a negarlo".
En otra parte de la entrevista, que se realizó el 1 de diciembre y fue difundida este miércoles, 'Artemio' indica que la posición actual de SL es "defensiva, militarmente hablando', y que "no va a haber ningún tipo de ataques. Eso lo puedo garantizar". 'Artemio', de 47 años, señala que la lucha de los pocos hombres que quedan en armas en esa organización es meramente de tipo defensivo. "No tenemos la más mínima intención de blandir las armas de la guerra, de la lucha armada. Nosotros queremos una solución política, una mesa de negociación", dijo.
El jefe guerrillero indicó que con el gobierno del presidente Ollanta Humala ha habido algunos contactos pero que no ha habido ningún acuerdo para una desmovilización de las decenas de hombres que componen actualmente SL.
Sendero Luminoso, fue desarticulado a mediados de los 90, y sus principales líderes purgan cadena perpetua, tras un conflicto interno que dejó unos 70.000 muertos, según la Comisión de la Verdad y Reconciliación. Actualmente, SL tiene remanentes en las dos principales zonas cocaleras del país, el Alto Huallaga y el Valle de los Ríos Apurímac y Ene, con un total de unos 300 hombres, según analistas. El gobierno acusa a SL de colaborar en la vigilancia de los cultivos ilícitos de coca. En septiembre pasado, un ataque a un helicóptero militar atribuido a SL causó la muerte de dos oficiales. Otros ataques esporádicos han provocado la muerte de militares. En octubre, el gobierno peruano dijo estar dispuesto a acabar con los remanentes de Senderoy sus alianzas con los cárteles de la droga, según declaraciones del primer ministro peruano, Salomón Lerner en Washington.
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