Las Fuerzas Armadas de EE. UU., intentaron ocultar al público un incidente fuera de lo común ocurrido el pasado 17 de noviembre cerca de la base aérea de Minot, en Dakota del Norte. Durante la reparación de un cohete balístico intercontinental, se estropeó un detalle de tal importancia, que el personal del taller donde sucedió la avería tuvo que ser evacuado.
El periódico 'Washington Post', arrojó algo de luz sobre el acontecimiento gracias a sus fuentes en el Departamento de Defensa.
Según estas, un detalle del misil balístico intercontinental Minuteman III (o LGM-30) “sufrió un daño durante los trabajos de mantenimiento”. Precisamente, los operarios dejaron caer “un pequeño componente desmontable” —no se especifica cuál por consideraciones de seguridad— y este componente resultó dañado por el golpe recibido.
Aunque no se registraron víctimas en el suceso, los jefes de la base informaron sin dilación a los más altos cargos del Pentágono.
El mando de las Fuerzas Aéreas decidió ocultar toda información sobre el siniestro, para evitar que un escándalo mediático cuestionara las medidas de seguridad del almacenaje de armas nucleares. No obstante, fuentes en el propio Departamento de Defensa, destaparon el caso en respuesta a una interpelación directa del rotativo capitalino.
Los Minuteman III entraron en servicio en los años 1970. Actualmente el Gobierno de EE. UU. tiene aproximadamente 500, repartidos entre tres bases militares. Actualmente el país sustituye las viejas ojivas nucleares de este portador por el modelo de la cabeza W87.
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