La esmeralda de casi 65 kilates, cuyos descubridores están comercializando bajo el nombre de Carolina Emperador, fue encontrada en una granja, que alguna vez fue tan conocida entre buscadores de tesoros, que los propietarios cobraban tres dólares diarios, para permitir que buscaran pequeñas muestras de las piedras verdes.
Después de que la gema fue cortada una y otra vez, el producto final resultó de aproximadamente una quinta parte de su peso original, un poco más grande que una moneda de 25 centavos de dólar y del peso aproximado de una batería tamaño AA. La esmeralda es comparable en tamaño y calidad a una rodeada de diamantes de un broche que perteneció a Catalina la Grande _emperatriz rusa del siglo XVIII_, vendido en abril por la casa Christie's en Nueva York por 1,65 millones de dólares, dijo C. R. "Cap" Beesley, un especialista en piedras preciosas en esa ciudad, el cual la examinó.
Aunque se han encontrado cristales grandes en bruto, e incluso esmeraldas con notable calidad de gema, en una comunidad llamada Hiddenite a 80 kilómetros (50 millas) al noroeste de Charlotte, nunca había surgido una tan grande merecedora de ser considerada un tesoro imperial, afirmó Beesley.
"Es la esmeralda cortada más grande que se haya encontrado en Norteamérica", dijo Beesley durante una entrevista telefónica desde Myanmar, país del sudeste asiático rico en gemas preciosas.
El descubrimiento es una rareza para esmeraldas no halladas en las ricas vetas de Sudamérica y Asia, sino en Norteamérica, comentó Robert Simon, propietario de Windsor Jewelers, en Winston-Salem.
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