Las autoridades mexicanas detectaron en el último año y medio “decenas” de estas aeronaves en la frontera del estado mexicano de Sonora con Arizona (sur de Estados Unidos), una zona desértica e inhóspita, señaló Francisco Niembro, responsable de las operaciones mexicanas de inteligencia. El funcionario mostró en grandes pantallas del Centro de Inteligencia de uno de estos pequeños aviones de un motor y fabricación casera detectados por radares de tecnología satelital instalados a lo largo de México.
Esta tecnología permite hacer seguimiento de aeronaves sin identificación y que normalmente traen droga, explicó Niembro.
El uso de los ultralivianos ha reemplazado el de aeronaves de mayor tamaño, que son detectadas más fácilmente. Desde 2007 las autoridades mexicanas no registran vuelos clandestinos en las rutas que solían usar los traficantes.
“Se han cerrado los puntos de trasiego de droga y actividad delictiva total” por aire, aseguró en una conferencia de prensa Genaro García Luna, secretario (ministro) de Seguridad Pública.
Niembro explicó que los carteles que usan aviones para mover droga lo hacen ahora hasta Centroamérica “y de ahí se empiezan a mover por mar y tierra”.
Los ultraligeros sólo son utilizados para “hacer el brinquito en la frontera” con Estados Unidos, puntualizó.
El tráfico de drogas por aire llegó a tener tal magnitud en México que Amado Carrillo, fundador del cártel de Juárez y que murió en 1997, tuvo su flotilla propia, algunos de los cuales pilotaba personalmente y que dieron origen a su alias del “Señor de los Cielos”.
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