El gobierno venezolano, se eximió este miércoles de responsabilidad en la muerte del productor agrícola Franklin Brito, que mantenía una huelga de hambre desde hace varios meses, asegurando que le brindó asistencia médica, pues fue “abandonado por dirigentes de la oposición”.“El Estado venezolano en ninguna forma violó o conculcó los derechos civiles, sociales y económicos que, constitucionalmente, asistían al ciudadano Franklin Brito”, señaló el gobierno en un comunicado.
“A pesar de ello, el ciudadano Franklin Brito optó por la medida extrema de la huelga de hambre y la autoflagelación como mecanismos de presión para lograr la satisfacción de una demanda que no tenía asidero en la realidad”, sigue el texto. El gobierno sostiene que “en todo caso, se le brindó asistencia médica y humanitaria” al productor agrícola, quien falleció el pasado lunes a causa de un paro respiratorio. El Ejecutivo tomó en 2005 el control de los predios de Brito localizados en el estado Bolívar (sur), fecha en la que el productor agrícola inició sus protestas. A finales de 2009 el Ejecutivo venezolano revocó la orden de intervención de las tierras.
Pero Brito, de 49 años al morir, reactivó la huelga de hambre semanas después, alegando que el Instituto Nacional de Tierras (Inti) no le había entregado la carta en la que se anulaba la expropiación ni tampoco una indemnización.
“Lamentablemente no pudimos responder ante una violación de derechos que era inexistente”, insistió el gobierno en el documento.
El caso de Brito cobró nueva importancia en las últimas semanas en Venezuela y numerosas protestas se organizaron en solidaridad con él y su familia, y en contra de la postura de las autoridades.
Según el gobierno venezolano, Brito fue “abandonado por los dirigentes de la oposición” quienes “alentaron la decisión extrema del productor agrario con el único fin de lograr un muerto para sus sucias banderas”.
Recluido contra su voluntad desde enero en el hospital militar de Caracas, Brito recibía asistencia de la Cruz Roja pero se encontraba muy debilitado tras una larga huelga de hambre y sed.
En 2009 y según cifras oficiales, el Estado venezolano recuperó 500.000 hectáreas de suelos cultivables que estaban en manos privadas.
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