Los restos de una caza norteamericano F-22 Raptor que se estrelló ayer fueron encontrados en Alaska a unos 160 kilómetros de la ciudad de Anchorage. Sin embargo el piloto, que estaba efectuando una misión de entrenamiento de rutina, ha desaparecido.
El equipo de rescate enviado a la zona espera encontrar al menos algunos indicios que puedan indicar el lugar donde pudiera estar, como humo, la cúpula del paracaídas o el carro de lanzamiento de la catapulta para los eyecciones de emergencia.
A pesar de que los representantes de las Fuerzas Aéreas de los EE. UU. afirman que los pilotos militares superan un curso especial para aprender a sobrevivir en condiciones extremas como el frío y zonas boscosas, montañosas o despobladas, “buscar al piloto es la principal prioridad”, según señaló el coronel Jack Mullen.
El F-22 Raptor fabricado por Lockheed Martin es el único avión caza de quinta generación que los EE. UU. tienen en su arsenal y es el más sofisticado de las Fuerzas Aéreas norteamericanas, que cuentan con 187 ejemplares.
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