Para el cardenal de Lima, Juan Luis Cipriani, que el Estado regale preservativos es "una traición a Jesús". "Regalar condones equivale a más libertinaje y más abuso sexual", predicó desde el púlpito de la catedral contra la decisión del Ministerio de Salud de repartir 18 millones de preservativos entre la población de menores recursos. Su anacrónico sermón dominical ha iniciado un debate nacional en el país de Latinoamérica que – a la luz de sus políticas- menos respeta el derecho a la salud sexual y reproductiva de su población.
Este martes, el ministro de Salud le respondió con cierta gracia a Cipriani. “Hemos sido calificados de libertinos, pero lo único que puedo decir es que la caridad empieza por casa”, declaró Oscar Ugarte tirándole una indirecta al cardenal por el escándalo del video en el que un sacerdote mantenía relaciones sexuales con una empleada. "La distribución de condones está orientada a prevenir embarazos no deseados e incluye campañas de educación sexual", explicó el ministro.
Rápidamente, a Cipriani le salieron defensores como el pastor evangélico Humberto Lay, ex candidato a presidente y a alcalde de Lima. Otras instituciones como la Defensoría del Pueblo evitaron salir a la palestra para no entrar en polémicas, dejando solas a las ONG en la guerra santa contra el condón declarada por Cipriani. El sexo entre adolescentes está prohibido.
Rápidamente, a Cipriani le salieron defensores como el pastor evangélico Humberto Lay, ex candidato a presidente y a alcalde de Lima. Otras instituciones como la Defensoría del Pueblo evitaron salir a la palestra para no entrar en polémicas, dejando solas a las ONG en la guerra santa contra el condón declarada por Cipriani. El sexo entre adolescentes está prohibido.
“Basta de que la Iglesia dificulte las políticas de salud sexual y reproductiva en el país”, pidió a través de ELMUNDO.es Gina Yañez, directora de la ONG Manuela Ramos. "La iglesia peruana influencia de manera inadecuada porque tratar la problemática del embarazo adolescente no es incitar al libertinaje sexual”. Un 14% de las adolescentes peruanas tiene hijos y 1 de cada 20 sufre una Enfermedad de Transmisión Sexual (ETS). A pesar de ello, en las escuelas públicas no se imparten charlas de educación sexual. Es más, Perú es el único país del continente en el que las relaciones sexuales consentidas entre menores de edad continúan prohibidas de por ley, lo que les impide el acceso a métodos anticonceptivos. Paradójicamente, la misma ley permite el matrimonio a partir de los 16 años. En medio de una fuerte polémica, hace una semana la Comisión de Salud del Congreso peruano aprobó un proyecto de ley que propone despenalizar las relaciones sexuales entre menores de 18 años, iniciativa que todavía debe ser debatida en el Pleno.
“Que nuestros jóvenes inician relaciones sexuales a temprana edad es una realidad”, recuerda la directora de Manuela Ramos. “Sin embargo, la escuela sólo aborda el tema desde la biología y no desde una educación sexual. Es una formación llena de tabúes y prejuicios”.
Para paliar esta realidad, la sociedad civil peruana ha formado una plataforma bautizada como Alianza para una Salud Sexual Integral que exige el derecho a una educación sexual. “Durante años el gobierno ha invertido millones en la atención de una adolescente embarazada o con ETS pero ni un céntimo en políticas de prevención”, denuncia la Decana del Colegio de Obstetras del Perú, Rosa Elena Lara. El Colegio de Obstetras prepara una propuesta legal para promover la educación sexual en colegios que incluye también la formación en salud sexual y reproductiva para padres y profesores.
Sin embargo, el panorama para iniciativas como esta no es muy alentador. Desde hace dos años duerme en los laureles del Congreso el único proyecto de ley que defiende el acceso gratuito a métodos anticonceptivos y al aborto terapéutico, todavía no reglamentado en el país.
Mientras, Cipriani, desde su tribuna en la catedral, periódicamente dedica sus sermones a rechazar los anticonceptivos. Sus diatribas parecen haber tenido eco hasta en el Tribunal Constitucional, que a principios de año declaró abortiva la píldora del día siguiente dificultando así su administración gratuita en centros de salud incluso para casos de violación.
“Que nuestros jóvenes inician relaciones sexuales a temprana edad es una realidad”, recuerda la directora de Manuela Ramos. “Sin embargo, la escuela sólo aborda el tema desde la biología y no desde una educación sexual. Es una formación llena de tabúes y prejuicios”.
Para paliar esta realidad, la sociedad civil peruana ha formado una plataforma bautizada como Alianza para una Salud Sexual Integral que exige el derecho a una educación sexual. “Durante años el gobierno ha invertido millones en la atención de una adolescente embarazada o con ETS pero ni un céntimo en políticas de prevención”, denuncia la Decana del Colegio de Obstetras del Perú, Rosa Elena Lara. El Colegio de Obstetras prepara una propuesta legal para promover la educación sexual en colegios que incluye también la formación en salud sexual y reproductiva para padres y profesores.
Sin embargo, el panorama para iniciativas como esta no es muy alentador. Desde hace dos años duerme en los laureles del Congreso el único proyecto de ley que defiende el acceso gratuito a métodos anticonceptivos y al aborto terapéutico, todavía no reglamentado en el país.
Mientras, Cipriani, desde su tribuna en la catedral, periódicamente dedica sus sermones a rechazar los anticonceptivos. Sus diatribas parecen haber tenido eco hasta en el Tribunal Constitucional, que a principios de año declaró abortiva la píldora del día siguiente dificultando así su administración gratuita en centros de salud incluso para casos de violación.
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