Ordenó a sus partidarios y a las fuerzas de seguridad combatir en tres ciudades para reprimir la revuelta. Las milicias tomaron varios hospitales para hacer desaparecer los cuerpos de las víctimas.
Las personas que logran cruzar la frontera con Túnez dan testimonio de los enfrentamientos que están ocurriendo el la región occidental del país.
Los seguidores del dictador libio están luchando por mantener el control de las ciudades de Misurata, Sabratha y Zawiya, así como las carreteras que enlazan estas poblaciones, informó El País.
Tripoli, en tanto, está prácticamente cerrada por las fuerzas del orden y los manifestantes están recibiendo el apoyo de soldados que han desertado, procedentes de las ciudades del este del país.
En la capital, 17 pilotos de la Fuerza Aérea fueron ejecutados por negarse a bombardear barrios en poder de los rebeldes de la ciudad de Zauia.
Khadafi lanzó nuevas amenazas a la región de la Cirenaica. Indicó que esa zona está bajo control de Al Qaeda y que los reporteros internacionales que cruzaron la frontera con Egipto son considerados "colaboradores" del grupo extremista.
La acusación del líder libio es un intento desesperado por vincular las protestas con supuestos elementos terroristas para intentar legitimar así el desmedido uso de la fuerza y los cientos de muertos.
El diario español El País reprodujo testimonios de libios y extranjeros que se encuentran en las ciudades donde se registran los hechos más violentos. Varios de ellos, aseguran que milicias civiles, promovidas por el régimen, ingresaron a varios centros sanitarios y se llevaron los cádaveres de manifestantes.
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