Bogdan es un niño de 7 años en Serbia a quien se le pegan objetos al cuerpo, y según parece en su caso no sólo son objetos de metal. En las pruebas que se han realizado se le pegan al cuerpo desde platos hasta controles remoto.
Tanto es el magnetismo que genera el cuerpo del niño que sus hermanos no le permiten ver televisión junto a ellos porque genera interferencia. También tiene prohibido acercarse a la computadora familiar, porque si toca los equipos se apagan.
Sin embargo, aunque resulte curioso, no es el único caso de imán humano que se conocer. El más famoso fue el siglo pasado y afectó a una familia rusa, donde esta particularidad se heredó por tres generaciones. La familia, de apellido Tenkaev, insiste en que el abuelo del grupo podía levantar objetos de hasta 23 kilos con su pecho.
El año pasado también se conoció el caso de Brenda Allison, una chica británica capaz de atraer objetos con su cuerpo. En 1990 en Bulgaria se realizó una conferencia de "Super campos" y llegaron 300 personas de todo el mundo con esta capacidad.
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