Los implantes quirúrgicos no solo pueden ayudar a mejorar el aspecto o a superar una enfermedad sino que también pueden ser un medio para ocultar explosivos.
Washington divulgó los datos de sus servicios de inteligencia sobre posibles planes de algunos grupos terroristas para implantar explosivos en el cuerpo de miembros de la banda y de esa manera perpetrar atentados suicidas durante el vuelo.
Los materiales explosivos implantados, por ejemplo, en las nalgas, los senos o el vientre, quedarían fuera del alcance de los métodos actuales de registro y sería necesario utilizar una radioscopia para detectarlos. Según expertos bastaría con colocar unos 140 gramos de PETN, uno de los materiales explosivos más poderosos a día de hoy, para causar la despresurización de la cabina y, en consecuencia, un accidente. Estos especialistas afirman que para detonar los explosivos ocultos dentro del cuerpo, el terrorista necesitaría inyectarse una sustancia activadora. Personas con ciertos problemas médicos, como diabetes, pueden llevar consigo a bordo jeringas.
La Oficina de Seguridad de Transporte indicó que para hacer frente a las nuevas técnicas terroristas es probable que haya que recurrir a métodos alternativos de registro, tales como el escrutinio de la conducta de los pasajeros. “¿Qué tecnología podemos utilizar? La respuesta es el cerebro humano: es la única manera de hacer frente a la amenaza”, afirmó Philip Baum, creador de una empresa de seguridad aérea.
La inteligencia británica informó este año sobre debates en Internet sobre el uso de implantes con carga explosiva en los foros de grupos extremistas de Oriente Próximo. Según sus informes, las operaciones podrían realizarlas médicos con experiencia en las mejores clínicas británicas que regresaron a sus países para colaborar con Al Qaeda.
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