Los investigadores aseguran que en muchos de los casos, se descubre que los hechos son parte de homicidios que intentan ser cubiertos. Para lo cual los asesinos rocían con combustible los cuerpos y se aseguran de que no queden huellas que los puedan incriminar. La cifra de muertos encontrados con estas características, alarma a las autoridades, incluso porque en un mismo día dos personas fueron ejecutadas e incendiadas junto a sus pertenecía.
Al menos 16 cuerpos han aparecido carbonizados en lo que va del año en parajes desérticos de California. Los restos han sido consumidos por las llamas a tal grado que en más de la mitad de los casos su identidad todavía continúa siendo un misterio para las autoridades.
Alertados por denuncias de incendios de basura o maleza, bomberos y policías locales han llegado a la escena, sin embargo una vez que logran apagar el fuego se encuentran con los restos humanos. "Cuando iniciamos la investigación del incendio muchos casos terminan siendo homicidios. Los asesinos tratan de ocultar sus huellas encendiendo el cuerpo en llamas", comentó el teniente Lian Gallagher del Departamento del Sheriff del Condado de Los Ángeles. En un mismo día, el 29 de junio, dos personas fueron ejecutadas y sus cuerpos incendiados. Una de las víctimas fue identificada como Carmen Placencia, de 44 años.
Según el reporte forense Placencia murió de un balazo en la nuca antes de que su cuerpo fuera bañado con combustible y arrojado a la autopista 10 en la ciudad de Claremont. Hasta el momento se desconocen los motivos del asesinato.
Los cuerpos calcinados son un símbolo común en venganzas contra personas que denuncian o ponen en jaque las operaciones ilegales de pandillas, apuntan expertos antipandillas."A un alto nivel, los pandilleros relacionados con los carteles realizan sus venganzas con un cálculo frío y exacto. El crimen debe ser suficientemente atractivo para que sea público, pero bastante discreto como para despistar a la policía y evitar daños a la pandilla", explicó un agente de la fiscalía estatal, quien trabaja como detective encubierto en la franja fronteriza.
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