El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, el gobierno de Estados Unidos y el primer ministro del Reino Unido condenaron los hechos de violencia en Egipto.
Ban Ki-moon calificó a la situación como "inaceptable" y llamó a ambas partes a guardar la calma.
"Cualquier ataque en contra de manifestantes pacíficos es inaceptable y lo condeno en los más fuertes términos", dijo el secretario general de la ONU, quien también urgió a las partes a iniciar un diálogo para asegurar una transición pacífica "sin demora".
Por su parte, la Casa Blanca dijo en un comunicado que "Estados Unidos deplora y condena la violencia que tiene lugar en Egipto. Estamos muy preocupados por los ataques contra los medios y contra manifestantes pacíficos. Repetimos nuestro fuerte llamado a la moderación".
Mientras tanto, el primer ministro británico, David Cameron, advirtió que "si resulta que el gobierno ha estado promoviendo o tolerando la violencia, eso sería completa y absolutamente inaceptable". "Las escenas que estamos presenciando no deben repetirse y subrayan la necesidad de una reforma política", añadió.
Los opositores al presidente egipcio Hosni Mubarak han acusado al gobierno de haberle pagado a manifestantes progubernamentales para que sembraran el caos, además de haber infiltrado a policías de paisano. Pero el ministro de Finanzas, Samir Radwan, desestimó las acusaciones, al tiempo que invitaba a la oposición a iniciar un diálogo.
Radwan también dijo que si el ejército no estaba interviniendo era porque no quería tomar partido por ninguno de los bandos.
"Cualquier ataque en contra de manifestantes pacíficos es inaceptable y lo condeno en los más fuertes términos", dijo el secretario general de la ONU, quien también urgió a las partes a iniciar un diálogo para asegurar una transición pacífica "sin demora".
Por su parte, la Casa Blanca dijo en un comunicado que "Estados Unidos deplora y condena la violencia que tiene lugar en Egipto. Estamos muy preocupados por los ataques contra los medios y contra manifestantes pacíficos. Repetimos nuestro fuerte llamado a la moderación".
Mientras tanto, el primer ministro británico, David Cameron, advirtió que "si resulta que el gobierno ha estado promoviendo o tolerando la violencia, eso sería completa y absolutamente inaceptable". "Las escenas que estamos presenciando no deben repetirse y subrayan la necesidad de una reforma política", añadió.
Los opositores al presidente egipcio Hosni Mubarak han acusado al gobierno de haberle pagado a manifestantes progubernamentales para que sembraran el caos, además de haber infiltrado a policías de paisano. Pero el ministro de Finanzas, Samir Radwan, desestimó las acusaciones, al tiempo que invitaba a la oposición a iniciar un diálogo.
Radwan también dijo que si el ejército no estaba interviniendo era porque no quería tomar partido por ninguno de los bandos.
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