El décimo día de disturbios en Egipto ha comenzado con el arresto por parte del Ejército de los manifestantes congregados en la Plaza Tahrir de El Cairo, epicentro de los enfrentamientos entre grupos pro y contra el presidente Hosni Mubarak que estallaron ayer.
Por el momento los choques entre seguidores y detractores del mandatario han dejado centenares de heridos y varios muertos. Los enfrentamientos violentos empezaron ayer cuando los simpatizantes de Mubarak empezaron a llegar en masa a la Plaza Tahrir, que alojaba a miles de manifestantes antigubernamentales. Muchos de ellos montaban caballos y camellos. Los grupos opositores comenzaron con un tenso intercambio verbal, pero terminaron lanzándose piedras, cócteles molotov, palos, zapatos y todo tipo de objetos. En medio de la incertidumbre se usó gas lacrimógeno.
El Ejército aún se mantuvo neutral ayer. Por la mañana exhortó a recuperar la estabilidad del país y pidió a los manifestantes que "volvieran a su vida normal". A mediodía cuando estalló el conflicto violento en la Plaza, las tropas no intervinieron, pero amortiguaron el choque entre ambos grupos hasta cierto punto, no permitiendo que los más agresivos accedieran al lugar. Sin embargo, al aumentar la violencia hoy por la mañana han empezado a arrestar a los manifestantes.
Durante toda la noche en la Plaza Tahrir se han oído tiroteos. Sin embargo, el ministro de Salud de Egipto, Ahmed Sameh Farid, acentúa que ninguno de los heridos ingresados en los hospitales tenía heridas de bala.
En estos momentos siguen los enfrentamientos en la zona central de El Cairo. Los partidarios del mandatario se han apoderado de los edificios cercanos a la Plaza Tahrir y desde sus tejados lanzan piedras y bombas caseras a los opositores de Mubarak. Tanto la Policía Nacional como voluntarios patrullan las calles de la ciudad.
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