En esta jornada se recuerda a todas
esas miles de víctimas del último golpe cívico-militar. Pasaron 38 años de esa
nefasta etapa. La dictadura no se trata de un hecho histórico más.
Se cumplen hoy 38 años del último
golpe cívico-militar, que dio lugar al proceso más espeluznante de nuestra
historia. Por la aberración de los actos cometidos, por las nefastas marcas y
secuelas que perduran en miles de víctimas, por las consecuencias económicas y
sociales que continúan hasta el presente, la dictadura no es un hecho histórico
más. Sin embargo, admite interpretaciones como cualquier otro.
Lo mismo sucede con lo actuado en
democracia, por personas o instituciones, en el marco de la lucha por memoria,
verdad y justicia. La guerra de afiches, partidaria, al estilo “yo hice esto,
vos hiciste aquello”, no se condice con el mandato de una sociedad madura, que
debe afrontar su pasado con seriedad, decisión y responsabilidad.
Por un lado, la UCR menciona algunos
temas que incomodan al gobierno nacional (la tragedia de Once, los qom, la
designación de Milani) y realiza un juego de palabras al afirmar que “el Estado
sigue golpeando”. Como respuesta, los afiches firmados por La Cámpora hacen
hincapié en hechos concretos, como la recuperación de los centros clandestinos
de detención, la derogación de las leyes de impunidad, y los juicios a los
genocidas.
En opinión de este cronista, en el ida y vuelta
el gobierno sale airoso de la estéril contienda. Sin embargo, este tipo de
abordajes no conduce a ningún lugar productivo. Antes bien, aparece como una
dialéctica estéril, alejada del único camino posible para seguir creciendo como
sociedad: que haya Justicia. Crónica.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario