La angustia y la incertidumbre crecen
en el cuarto día de búsqueda tras el deslizamiento de tierras, ocurrido el
sábado en una población cercana a Seattle (en el Estado de Washington), donde
la catástrofe ha causado por el momento 14 muertos y 176 desaparecidos.
Las autoridades del estado de
Washington, tratan de localizar a los desaparecidas tras el deslizamiento del
sábado, en una zona rural de la localidad de Oso, si bien confían en que la
mayoría aparezcan con vida.
La inestabilidad del terreno inundado
de lodo y la amenaza de nuevas lluvias, complican las labores de rescate.
Respecto al recuento provisional de
víctimas, en menos de 24 horas la cifra oficial de muertos pasó de 8 a 14 y la
de desaparecidos de 18 a 108 y, poco después, a 176, pese a que el director de
los servicios de emergencia del condado de Snohomish, John Pennington, afirmó
que, "sin duda", la cifra iba a bajar "considerablemente"
en las próximas horas.
Los equipos de búsqueda, entretanto,
continúan sobre el terreno con perros y maquinaria pesada. En estas tareas
también participan varias aeronaves. "Vamos a trabajar muy, muy
duro", ha declarado el jefe de Bomberos Travis Hots. Y concluyó: "La
situación es muy grave, pero tenemos la esperanza de encontrar gente viva".
Las labores de búsqueda y socorro son
difíciles por el espesor del lodo, en el cual algunos socorristas se han
hundido hasta los hombros, por lo que han tenido que ser rescatados.
En algunos lugares el deslizamiento de
fango, rocas y troncos alcanza una altura de casi siete metros. El
deslizamiento en la ladera de las montañas Cascade, junto al río Stillaguamish,
arrastró fango, rocas y troncos, bloqueó el flujo del río y provocó
inundaciones, por lo que el tránsito de la autopista en la zona quedó suspendido
en ambas direcciones.
Podría
haberse evitado: Las autoridades consideran
las lluvias torrenciales y la historia geológica de la zona, como causas
principales del suceso, que habría tenido consecuencias menos graves, según los
expertos consultados por los medios estadounidenses, si se hubiera prevenido a
la población y si las viviendas de la zona estuvieran hechas de materiales de
mejor calidad.
En la zona del suceso, las casas están
distribuidas de manera dispersa en medio de la naturaleza, en muchos casos se
trata de hogares prefabricados o incluso caravanas, y los vecinos tienen
ingresos bajos o medios.
Sólo la mitad de las casas destrozadas,
estaban habitadas de manera permanente, puesto que la población de Oso es
variable, uno de los factores que alimenta las esperanzas de las autoridades en
que la cifra de reportados como desaparecidos, incluya a personas que no
estaban en la zona en el momento del suceso. Precisamente por ello, el
responsable del departamento que gestiona las emergencias del condado, John
Pennington, insistió el lunes en que el hecho de que se calculen 176
desaparecidos, no quiere decir que hayan muerto. Además, aún se mantiene la
esperanza de encontrar supervivientes.
El desprendimiento de lodo que aplastó
las viviendas de esta pequeña zona rural, no pudo llegar en peor momento, ya
que se produjo el sábado por la mañana, cuando la mayoría de los residentes
estaban en sus hogares y no en el trabajo o en las escuelas, como habría
ocurrido en un día laborable. 20minutos.
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