Un hombre de 72 años intentó masturbarse con un rulemán y no pudo quitárselo por su cuenta. Luego, los médicos del hospital tampoco lograron sacárselo a pesar de varias maniobras. Finalmente, fue auxiliado por bomberos, que tras mucho esfuerzo lograron liberar el miembro. Ocurrió en Mendoza.
Este fue el artefacto que se le atascó en su pene. En un hecho prácticamente sin precedentes en nuestro país, un anciano debió ser atendido por los bomberos para quitarle un rulemán atascado y trabado en su pene, antes de la extracción del mismo. El hombre llegó al hospital con su miembro viril encajado en el repuesto. El interrogatorio médico no imaginaba la respuesta. No se trataba de un mecánico enredado en un indescifrable accidente ni una irrepetible desgracia casera. Al contrario, todo tenía que ver con placer y más placer, con una onanista sesión en la que el rulemán fue el principal accesorio para alcanzar el éxtasis y tocar el cielo con las manos.
La experiencia salió muy mal y lejos de alcanzar el pico máximo de su emoción, Antonio visitó más bien el infierno. No pudo quitarse el rulemán por su cuenta y los médicos del hospital donde acudió pidiendo ayuda tampoco lograron sacárselo a pesar de varias maniobras para resolverlo. El pene del paciente estaba tan inflamado que no había modo de desalojar la pieza.
La experiencia salió muy mal y lejos de alcanzar el pico máximo de su emoción, Antonio visitó más bien el infierno. No pudo quitarse el rulemán por su cuenta y los médicos del hospital donde acudió pidiendo ayuda tampoco lograron sacárselo a pesar de varias maniobras para resolverlo. El pene del paciente estaba tan inflamado que no había modo de desalojar la pieza.
Los expertos en luchar contra el fuego y rescatar personas se encontraron ante un desafío para el que no habían sido preparados. El enviado no podía creer que los hubieran llamado para resolver una situación que debía tener una solución médica. Sin embargo, y luego de una serie de consultas, aceptaron el heroico desafío. Con un mini torno en mano, uno de los encargados del taller del Cuartel Central de Bomberos arribó a las 13.50 al hospital, convocado para salvar la vida de don Antonio y su invaluable virilidad. Con un rulemán de por medio no había más remedio que buscar una solución con herramientas del ámbito metalúrgico que daban al paciente más esperanza que el implacable bisturí. Finalmente, la historia tuvo final feliz, luego de que le sacaran el rulemán.
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