Científicos de la NASA encontraron pequeñas cantidades de oro y plata junto a una diversidad de compuestos durante la última expedición a la Luna realizada con un cohete que fue estrellado en el interior de un cráter.
El grupo formado por Anthony Colaprete, científico de LCROSS, analizó los datos de los estudios hechos sobre el cráter Cabeus, ubicado en el Polo Sur del satélite, la zona ensombrecida y una de las más frías. Los especialistas aclararon que las partículas de oro y plata detectadas no es tan grande como para poder extraer los minerales, pero “muestra la diversidad del suelo lunar”, ya que también se halló una cierta cantidad de hidrocarburos ligeros, dióxido de carbono, mercurio y pequeñas dosis de calcio y magnesio en forma gaseosa. A esto se le suma la confirmación de que la Luna alberga agua en forma de cristales de hilo puro en algunos lugares. En el estudio, los científicos calculan que aproximadamente el 5,6 por ciento del total de la masa dentro del cráter de Cabeus podría atribuirse sólo a hielo de agua.
Estos hallazgos, son importantes para el estudio de futuras expediciones y una posible base del hombre en la Luna, ya que el descubrimiento de hielo de agua y otros recursos puede reducir la necesidad de transportarlos desde la Tierra.
Por otra parte, la detección de mercurio en el suelo en aproximadamente la misma abundancia que el agua detectada puede "presentar un desafío para la exploración humana" por su toxicidad, indicó Kurt Retherford, miembro del equipo de Lyman Alpha Mapping Project (LAMP).
En tanto, el geólogo Peter Schultz y sus colegas de la Brown University, que siguieron las distintas etapas del impacto y la columna de escombro resultante, indican que el impacto del cohete creó un cráter de entre 25 y 30 metros.
Indicaron además que cuatro mil y seis mil kilos de escombro, polvo, y vapor fueron expulsados del oscuro cráter y hacia el campo de visión de la sonda que estaba iluminada por el sol, lo que ha permitido saber que el suelo y el subsuelo lunar es más complejo de lo que se creía.
La variedad de compuestos volátiles detectados da a los científicos pistas de dónde vienen y cómo llegaron a formarse los cráteres polares, muchos de los cuales no han visto la luz solar durante miles de millones de años y se encuentran entre los lugares más fríos en el sistema solar. Los expertos han indicado que el suelo también contiene hidroxilo, monóxido de carbono, dióxido de carbono, amoníaco y sodio lo que fue una sorpresa para los investigadores.
"Este lugar parece como el cofre del tesoro de los elementos que han sido distribuidos por toda la Luna" y, sin embargo, han estado ocultos "en las sombra" del cráter, dijo Schultz. Los astronautas que participaron en las misiones Apolo de la NASA encontraron pequeñas cantidades de plata y partículas de oro, en el lado de la Luna más próximo a la Tierra.
"La NASA ha confirmado convincentemente la presencia de hielo de agua, aunque su distribución es desigual en las regiones que están en sombra permanentemente", dijo Michael Wargo, científico lunar del cuartel general de la NASA en Washington. Wargo destacó que este proyecto es uno de los mayores pasos que ha dado la NASA "para comprender mejor" el sistema solar, "sus recursos y su origen, evolución y futuro".
El grupo formado por Anthony Colaprete, científico de LCROSS, analizó los datos de los estudios hechos sobre el cráter Cabeus, ubicado en el Polo Sur del satélite, la zona ensombrecida y una de las más frías. Los especialistas aclararon que las partículas de oro y plata detectadas no es tan grande como para poder extraer los minerales, pero “muestra la diversidad del suelo lunar”, ya que también se halló una cierta cantidad de hidrocarburos ligeros, dióxido de carbono, mercurio y pequeñas dosis de calcio y magnesio en forma gaseosa. A esto se le suma la confirmación de que la Luna alberga agua en forma de cristales de hilo puro en algunos lugares. En el estudio, los científicos calculan que aproximadamente el 5,6 por ciento del total de la masa dentro del cráter de Cabeus podría atribuirse sólo a hielo de agua.
Estos hallazgos, son importantes para el estudio de futuras expediciones y una posible base del hombre en la Luna, ya que el descubrimiento de hielo de agua y otros recursos puede reducir la necesidad de transportarlos desde la Tierra.
Por otra parte, la detección de mercurio en el suelo en aproximadamente la misma abundancia que el agua detectada puede "presentar un desafío para la exploración humana" por su toxicidad, indicó Kurt Retherford, miembro del equipo de Lyman Alpha Mapping Project (LAMP).
En tanto, el geólogo Peter Schultz y sus colegas de la Brown University, que siguieron las distintas etapas del impacto y la columna de escombro resultante, indican que el impacto del cohete creó un cráter de entre 25 y 30 metros.
Indicaron además que cuatro mil y seis mil kilos de escombro, polvo, y vapor fueron expulsados del oscuro cráter y hacia el campo de visión de la sonda que estaba iluminada por el sol, lo que ha permitido saber que el suelo y el subsuelo lunar es más complejo de lo que se creía.
La variedad de compuestos volátiles detectados da a los científicos pistas de dónde vienen y cómo llegaron a formarse los cráteres polares, muchos de los cuales no han visto la luz solar durante miles de millones de años y se encuentran entre los lugares más fríos en el sistema solar. Los expertos han indicado que el suelo también contiene hidroxilo, monóxido de carbono, dióxido de carbono, amoníaco y sodio lo que fue una sorpresa para los investigadores.
"Este lugar parece como el cofre del tesoro de los elementos que han sido distribuidos por toda la Luna" y, sin embargo, han estado ocultos "en las sombra" del cráter, dijo Schultz. Los astronautas que participaron en las misiones Apolo de la NASA encontraron pequeñas cantidades de plata y partículas de oro, en el lado de la Luna más próximo a la Tierra.
"La NASA ha confirmado convincentemente la presencia de hielo de agua, aunque su distribución es desigual en las regiones que están en sombra permanentemente", dijo Michael Wargo, científico lunar del cuartel general de la NASA en Washington. Wargo destacó que este proyecto es uno de los mayores pasos que ha dado la NASA "para comprender mejor" el sistema solar, "sus recursos y su origen, evolución y futuro".
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