Sucedió en la Ciudad Juárez, la urbe mexicana más violenta. No se sabe la razón de la masacre, y al menos hay 15 muertos y otros 8 han resultado heridos, entre ellos una niña de ocho años. En un suceso similar, otros 16 jóvenes fueron asesinados por un grupo de sicarios mientras celebraban una fiesta el 31 de enero en el fraccionamiento Villas de Salvárcar.
El ataque ocurrió sobre las 23.30 hora local en una vivienda donde, según ha podido comprobar un fotógrafo de Efe, varios cadáveres se apilaban en el lugar a la espera de ser levantados por la autoridad judicial.
Once de los jóvenes murieron en el acto, mientras que una chica de 15 años falleció mientras era trasladada. Además, otros tres perdieron la vida en el hospital al que fueron evacuados, añade la información del diario. Varios testigos aseguran que los cadáveres y los heridos "eran tantos que se agotaron las ambulancias de la Cruz Roja", por lo que la adolescente de 15 años herida "fue trasladada en una camioneta del Servicio Médico Forense en la que pereció momentos antes de recibir atención médica", según las mismas fuentes.
El fotógrafo de Efe que acudió al lugar ha comprobado que los cadáveres seguían en la vivienda, aunque las autoridades habían colocado unos plásticos de color negro en el exterior para proteger la escena del crimen de la prensa y los curiosos. Los heridos han sido trasladados a la Clínica 66 del Instituto Mexicano del Seguro Social, donde están siendo atendidos de sus lesiones.
En un suceso similar, otros 16 jóvenes fueron asesinados por un grupo de sicarios mientras celebraban una fiesta el 31 de enero en el fraccionamiento Villas de Salvárcar, también en Ciudad Juárez. Varias personas ya han sido detenidas por su relación con esa masacre.
Las autoridades mexicanas, encabezadas por el presidente, Felipe Calderón, difundieron la sospecha de que todo se debía a un ajuste de cuentas entre carteles de la droga, lo que provocó la indignación de las familias de los jóvenes. Para enmendar su error, el presidente viajó a la ciudad fronteriza con El Paso (Texas, Estados Unidos), cuyo centro, se disputan desde hace varios años los carteles del narcotráfico.
Calderón presentó un plan de inversión en sanidad, educación y ayudas sociales equivalente a 200 millones de euros para regenerar la ciudad, donde este año se contabilizan más de 2.300 asesinatos con un promedio de unos nueve muertos diarios. El mismo día en el que se ha producido esta matanza, cientos de médicos de la ciudad han suspendido sus labores durante tres horas y protestaron ante la alcaldía para exigir al Gobierno garantías para su trabajo ante la inseguridad.
Once de los jóvenes murieron en el acto, mientras que una chica de 15 años falleció mientras era trasladada. Además, otros tres perdieron la vida en el hospital al que fueron evacuados, añade la información del diario. Varios testigos aseguran que los cadáveres y los heridos "eran tantos que se agotaron las ambulancias de la Cruz Roja", por lo que la adolescente de 15 años herida "fue trasladada en una camioneta del Servicio Médico Forense en la que pereció momentos antes de recibir atención médica", según las mismas fuentes.
El fotógrafo de Efe que acudió al lugar ha comprobado que los cadáveres seguían en la vivienda, aunque las autoridades habían colocado unos plásticos de color negro en el exterior para proteger la escena del crimen de la prensa y los curiosos. Los heridos han sido trasladados a la Clínica 66 del Instituto Mexicano del Seguro Social, donde están siendo atendidos de sus lesiones.
En un suceso similar, otros 16 jóvenes fueron asesinados por un grupo de sicarios mientras celebraban una fiesta el 31 de enero en el fraccionamiento Villas de Salvárcar, también en Ciudad Juárez. Varias personas ya han sido detenidas por su relación con esa masacre.
Las autoridades mexicanas, encabezadas por el presidente, Felipe Calderón, difundieron la sospecha de que todo se debía a un ajuste de cuentas entre carteles de la droga, lo que provocó la indignación de las familias de los jóvenes. Para enmendar su error, el presidente viajó a la ciudad fronteriza con El Paso (Texas, Estados Unidos), cuyo centro, se disputan desde hace varios años los carteles del narcotráfico.
Calderón presentó un plan de inversión en sanidad, educación y ayudas sociales equivalente a 200 millones de euros para regenerar la ciudad, donde este año se contabilizan más de 2.300 asesinatos con un promedio de unos nueve muertos diarios. El mismo día en el que se ha producido esta matanza, cientos de médicos de la ciudad han suspendido sus labores durante tres horas y protestaron ante la alcaldía para exigir al Gobierno garantías para su trabajo ante la inseguridad.
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