Una pareja llevó a una fiesta de Halloween un esqueleto tan bueno que parecía de verdad. Y no, al final de plástico no era.
Hace unos años, Tangalanga (el de las llamadas desquiciantes) discó el número de una estudiante de Medicina, a quien le reclamaba un esqueleto para prácticas que, según el humorista, "eran de un tío suyo". Ahora, algo así estuvo por suceder en Florida, Estados Unidos, cuando Judith y Mitchell Fletcher pagaron casi siete dólares por un esqueleto que iban a llevar a una fiesta de Halloween y resultó que... éste había pertenecido a una persona.
El sheriff del condado secuestró los huesos para hacer un análisis exhaustivo, pero las cosas se pusieron fuleras para Judith y Mitchell en un estado como el de Florida, donde la tenencia de esqueletos humanos es ilegal.
Ni truco ni trato: al parecer, en una tienda de chascos les habían colado un esqueleto verdadero por otro de plástico y los bromistas se quedaron de piedra, sin esqueleto y sin sus siete dólares.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario