Este es el momento, en que un ladrón de bancos esgrime un arma de fuego al personal y clientes aterrorizados, después de decirles que había una bomba que explotaría si se suelta el gatillo.
Matthew Nutley fue condenado por ingresar a una sucursal del Barclays Bank, en Surrey, Inglaterra, y anunciar a los clientes que iba a "explotar sus cabezas" si no obedecían sus órdenes. Una vez que las puertas estuvieron cerradas, entregó una lata de pintura en aerosol negro a un miembro del personal del banco y le ordenó rociar las ventanas para impedir que la policía pudiera ver lo que estaba pasando en el interior.
El circuito cerrado de TV grabó toda la secuencia. Nutley, que llevaba un traje de papel blanco con una capucha y una máscara sobre su boca y la nariz, entregó trajes de papel similares a algunas de las personas dentro del banco.
El limpiador de ventanas desempleado más tarde dijo a la policía que su intención era salir con los rehenes, todos vestidos igual, para que los agentes armados no supieran contra quién disparar. Durante sus discusiones con la policía exigió un total de 800.000 libras en efectivo y en un momento pidió un helicóptero para estar listo para su fuga. Nutley, que había estado bebiendo mucho de una botella de vodka en todo el incidente, también estaba armado con un cuchillo de cocina grande y amenazó con cortar los dedos y las orejas de los rehenes si sus demandas no eran satisfechas.
En este punto los rehenes aprovecharon una oportunidad para escapar. Momentos después Nutley se entregó, luego de tres horas dentro del banco.
El circuito cerrado de TV grabó toda la secuencia. Nutley, que llevaba un traje de papel blanco con una capucha y una máscara sobre su boca y la nariz, entregó trajes de papel similares a algunas de las personas dentro del banco.
El limpiador de ventanas desempleado más tarde dijo a la policía que su intención era salir con los rehenes, todos vestidos igual, para que los agentes armados no supieran contra quién disparar. Durante sus discusiones con la policía exigió un total de 800.000 libras en efectivo y en un momento pidió un helicóptero para estar listo para su fuga. Nutley, que había estado bebiendo mucho de una botella de vodka en todo el incidente, también estaba armado con un cuchillo de cocina grande y amenazó con cortar los dedos y las orejas de los rehenes si sus demandas no eran satisfechas.
En este punto los rehenes aprovecharon una oportunidad para escapar. Momentos después Nutley se entregó, luego de tres horas dentro del banco.
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