El denominado Triángulo Norte de Centroamérica, compuesto por Guatemala, El Salvador y Honduras, es la región más mortífera del mundo con un índice de muertes violentas superior al de zonas de guerra. Así lo ha declarado durante una rueda de prensa el jefe del Comando Sur estadounidense, Douglas Fraser.
El funcionario reveló, citando las cifras de la Organización de Naciones Unidas (ONU), que en el año 2010 en Irak hubo 14 homicidios por cada 100.000 habitantes, mientras que en Guatemala se registraron 48, en Salvador 71, y en Honduras 77 por cada 100.000 habitantes.
Las estadísticas oficiales otorgan el liderazgo a Honduras en la lista de países más inseguros de la región. Entre enero del 2000 y junio del 2010, unas 36.036 personas perdieron la vida en forma violenta con armas de fuego y cuchillos.
Guatemala no está lejos de la tasa hondureña: de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif), solo en enero de 2011 ocurrieron 548 asesinatos, lo que arroja un promedio de 17,6 víctimas cada 24 horas. En el año 2010 se registraron 6.500 muertes por violencia.
Los números de El Salvador son igual de alarmantes: el promedio diario de homicidios ronda entre 11 y 16 personas. En los primeros tres meses del 2011, más de mil salvadoreños murieron a manos de delincuentes.
Las bandas son más fuertes que los Gobiernos: Fraser vinculó el incremento de la violencia en la región con el narcotráfico, el crimen organizado y con la consolidación de las bandas juveniles (conocidas como "maras") que han puesto en jaque a los Gobiernos con ataques a unidades de transporte paralizando ciudades enteras. Señaló que las pandillas gozan de buena financiación y cuentan con capacidad operativa que en ocasiones resulta ser superior a la de las autoridades.
Según cálculos, los ingresos anuales de las organizaciones criminales transnacionales se estiman entre 300.000 y 400.000 millones de dólares, hecho que eleva las posibilidades armamentísticas de esos grupos. Fraser indicó que en la zona hay entre 45 y 80 millones de armas que han quedado de diversos conflictos que han tenido lugar en los países del "triángulo".
Los Gobiernos de la región han acordado la necesidad de colaboración regional para combatir el crimen organizado y el narcotráfico, y han reforzado sus legislaciones para castigar a los menores delincuentes. En 2006, por un acuerdo de la administración guatemalteca con la ONU, fue creada la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG). Los Gobiernos de Honduras y El Salvador también sopesan fundar entidades similares. Sin embargo, los esfuerzos de las autoridades parecen ser insuficientes frente a las tasas de violencia que no paran de batir nuevos récords.
Lo insólito de la situación es que cada vez más jóvenes se afilian a los grupos delictivos: las pandillas en estos países contarían con al menos 70.000 miembros menores de edad, cuya cantidad va en incremento día a día.
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