El gobierno de José Mujica destinó contenedores forrados en poliuretano para encerrar allí a jóvenes en conflicto con la ley. Los llama "hogares" pero advierten sobre su toxicidad. Cero apuesta a su reinserción.
Una fuerte polémica se abrió en Uruguay con la instalación de una serie de contenedores forrados con poliuretano, tóxico, en los que encierran a jóvenes que están en conflicto con la ley.
Si bien en un principio de habló de "respuesta provisoria" a problemas de hacinamiento, los contenedores se volvieron "hogares" en la palabra del gobierno de José Mujica.
El caso amenaza con convertirse en un escándalo internacional, ya que las organizaciones que trabajan en la protección de derechos están analizando formular presentaciones, ya que, a todas luces, nadie puede esperar que con este tratamiento, se pueda "recuperar" o "reinsertar" a los jóvenes.
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