El efecto contaminante, en el mar cercano a las costas de Nueva Zelanda, no ha pasado luego del encallamiento del porta contenedores Rena, de bandera liberiana.
Este miércoles, autoridades del país oceánico, informaron de un riesgo de una importante marea negra, en una de las más hermosas bahías de Nueva Zelanda, aumentó con la aparición de nuevas grietas en el casco del buque.
“Hemos identificado grietas debido al uso en el casco del navío. No podemos descartar el riesgo de que se parta y estamos muy atentos”, declaró el Primer Ministro neozelandés John Key.
El capitán del Rena, fue detenido acusado de navegación peligrosa y puesto a disposición de un tribunal de Tauranga, bajo fuerte protección policial, indicaron las autoridades.
El 5 de octubre, el Rena encalló en uno de los arrecifes de la bahía de Plenty, a unos kilómetros de la costa. A pesar de las operaciones de bombeo el barco derramó unas 300 toneladas de petróleo en la bahía habitada por ballenas y delfines.
En caso de romperse el casco dañado a nivel de la proa, podría liberar 1.700 toneladas de combustible sobre el arrecife Astrolabio.
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