La mayoría de los diarios bolivianos, excepto La Razón y Cambio, amanecieron este jueves con sus portadas en blanco en protesta por la Ley contra el racismo y toda forma de discriminación, que promueve el gobierno de Evo Morales y discute el Senado.
Con la leyenda "Sin democracia no hay libertad de expresión", los periódicos salieron a la calle a criticar la medida por "arbitraria" habida cuenta de que el gobierno prevé sanciones que van desde las multas económicas hasta el cierre de medios en caso de publicaciones racistas o discriminadoras.
"Algunos dicen que soy autoritario o que llevo adelante una dictadura, pero no puedo creer que algunos periodistas se opongan a la aprobación de la ley que lucha contra el racismo. ¿Qué problema hay de que se apruebe la medida, si además tenemos mayoría parlamentaria? Eso no es malo, sino que es democracia", se defendió Morales.
La Asociación Nacional de la Prensa (ANP) puso el grito en el cielo por dos artículos específicos de la ley: el 16, por un lado, que establece que "el medio de comunicación que autorizare y publicare ideas racistas y discriminatorias será pasible de de sanciones económicas y de suspensión de licencia de funcionamiento, sujeto a reglamentación".
En tanto, el 23 indica que "cuando el hecho sea cometido por una trabajadora o un trabajador de medio de comunicación social, o propietario del mismo, no podrá alegarse inmunidad ni fuero alguno".
Sin embargo, el jefe de Estado boliviano, explicó que "la libertad de expresión está garantizada, pero no podemos permitir que so pretexto de esa libertad se practiquen el racismo y la discriminación. El racismo es lo más antidemocrático. Yo mismo he sido víctima y llegó la hora de acabar con el racismo".
Ayer, representantes de medios de La Paz, Oruro, Tarija, Cochabamba, Santa Cruz y Beni se movilizaron en contra el proyecto pero también organizaciones sociales y periodistas se reunieron en Plaza Murillo, en la capital boliviana, para manifestar su apoyo a la ley.
Con la leyenda "Sin democracia no hay libertad de expresión", los periódicos salieron a la calle a criticar la medida por "arbitraria" habida cuenta de que el gobierno prevé sanciones que van desde las multas económicas hasta el cierre de medios en caso de publicaciones racistas o discriminadoras.
"Algunos dicen que soy autoritario o que llevo adelante una dictadura, pero no puedo creer que algunos periodistas se opongan a la aprobación de la ley que lucha contra el racismo. ¿Qué problema hay de que se apruebe la medida, si además tenemos mayoría parlamentaria? Eso no es malo, sino que es democracia", se defendió Morales.
La Asociación Nacional de la Prensa (ANP) puso el grito en el cielo por dos artículos específicos de la ley: el 16, por un lado, que establece que "el medio de comunicación que autorizare y publicare ideas racistas y discriminatorias será pasible de de sanciones económicas y de suspensión de licencia de funcionamiento, sujeto a reglamentación".
En tanto, el 23 indica que "cuando el hecho sea cometido por una trabajadora o un trabajador de medio de comunicación social, o propietario del mismo, no podrá alegarse inmunidad ni fuero alguno".
Sin embargo, el jefe de Estado boliviano, explicó que "la libertad de expresión está garantizada, pero no podemos permitir que so pretexto de esa libertad se practiquen el racismo y la discriminación. El racismo es lo más antidemocrático. Yo mismo he sido víctima y llegó la hora de acabar con el racismo".
Ayer, representantes de medios de La Paz, Oruro, Tarija, Cochabamba, Santa Cruz y Beni se movilizaron en contra el proyecto pero también organizaciones sociales y periodistas se reunieron en Plaza Murillo, en la capital boliviana, para manifestar su apoyo a la ley.
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