Rita Payton, una mujer británica de 34 años, iba a someterse a una operación de estética para reducirse un bulto que tenía en el puente de la nariz, pero la mala praxis y los errores de los médicos que la atendieron le destrozaron la vida. Los doctores le dejaron casi sin tabique nasal y nadie de la clínica donde se realizó la intervención pudo dar una explicación al respecto.
"Después de haber sido anestesiada, me desperté en medio de la noche. Sentía como si me fuera a morir porque había mucha sangre en la parte posterior de mi garganta. Como no había nadie me levanté y fui al baño. Allí me miré en el espejo y vi que tenía la cara llena de sangre. Parecía que me habían cortado la punta de la nariz", ha explicado la propia Payton al diario The Sun.
El trauma y los dolores que padecía en los días posteriores a la operación no la dejaban salir de casa, ni ir al trabajo, ni incluso jugar con su hijo de dos años. Según ha comentado, "cuando llegué a casa mi hijo Kaleb tenía tanto miedo de mi que no se sentaba a mi lado, ni me dejaba que le abrazara ni que me durmiera junto a él en la cama". "La gente siempre me preguntaba si había sido atacada por un perro o si había tenido un accidente de coche. Yo estaba demasiado avergonzada como para decir la verdad. Era como si alguien hubiera robado mi vida", ha comentado. The Sun
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