Asociaciones que velan por los derechos de los animales se manifestaron en contra de la nueva moda que invade a los comercios veterinarios chinos: los peces tatuados. La técnica es similar a la que se emplea para tatuar a los humanos y busca otorgarle un “valor agregado” a los económicos peces loros. “Les clavan agujas llenas de tinta en su piel, que es muy sensible, por lo que se produce una respuesta inflamatoria a la tinta y al trauma de la aguja, que produce dolor durante varios días hasta que sana. Los peces no son mascotas como los perros o los gatos, a los que se puede tocar sin problema. En realidad, sufren un gran estrés cuando son tatuados”, aseguró Kati Loeffler, experta del Fondo Internacional para la Protección de los Animales en China.
Los tatuajes, que consisten en representaciones de flores, corazones o ideogramas chinos de “amor”, “felicidad”, “fortuna” y “longevidad”, aumentan sustancialmente el valor per cápita de los peces que pasan de menos de un dólar a 6 dólares.
“Nosotros sólo comerciamos peces hermosos. De la misma manera que ellos nos traen alegría, nosotros también tratamos de que estos animales sean felices. En los antiguos patios de Pekín, siempre había un jarrón grande con peces dorados que nuestros abuelos cuidaban. Muchos clientes quieren conservar esa memoria y compran estos”, sostiene Wang Ruili, dueña de un local que comercializa los peces “tuneados”.
La técnica, en tanto, es un procedimiento que se lleva a cabo en Taiwán y que comenzó a ser exportada por los comerciantes chinos en busca de un aumento de sus ganancias.
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