Un “pelotón” de Gendarmería secuestró ayer 263 kilogramos de marihuana, valuados en más de $ 1.300.000, al aprehender a tres correntinos, que transportaban la droga hacia Tucumán por la solitaria ruta nacional 89, a la altura del paraje San Luis, distante 30 kilómetros de Suncho Corral, departamento Juan Felipe Ibarra, Santiago del Estero.
Para los investigadores, el de la víspera, representó uno de los golpes más importante de los últimos años, del cual participaron 40 gendarmes, 8 vehículos, perros entrenados y un helicóptero, quienes trabajaron en montes impenetrables de los departamentos Mariano Moreno, Juan Felipe Ibarra y Figueroa.
El procedimiento empezó a las seis de la mañana en un puesto de control rutinario del personal de la Sección Reforzada “Santiago del Estero” y de la Unidad de Reconocimientos Especiales “Santiago del Estero”, montado en la ruta 89, a la altura de la localidad denominada Roldán, a 40 kilómetros de Suncho Corral.
Un investigador confió que en un Peugeot se movilizaban dos hombres jóvenes, quienes manifestaron provenir “de Corrientes, con destino a Tucumán”.
Tanto la documentación, como el inocultable nerviosismo en el más joven, despertaron curiosidad en los tres gendarmes.
En menos de diez minutos, los desconocidos habrían sido alejados del pavimento y su unidad estacionada en la banquina. Bastó apenas un poco de insistencia y el olfato de un perro para advertir que el vehículo delataba indicios de droga.
Asumiéndose sospechoso, el dúo habría terminado confesando que operaban como “puntero” de otro automóvil que transportaba la “merca”.
Efectivamente, un rato después arribó un automóvil Toyota, cuyo conductor advirtió tarde el control de Gendarmería, ya que los “punteros”, quienes debían avisarle sobre los controles en el camino, habían sido interceptados por los uniformados.
La unidad habría alcanzado a atropellar a un gendarme, a quien le pasó por encima del pie con una rueda, y alejarse raudamente por la ruta. “Urgente, urgente, salimos en persecución de sospechosos”, alertó el gendarme.
Un vehículo de Gendarmería partió detrás del Toyota. Diez kilómetros más adelante, en San Luis, su conductor detuvo la marcha y arrojó múltiples bolsas de consorcio en un campo. Luego, el Toyota retornó hacia Roldán, sin que nadie haya determinado por qué. Los investigadores interpretan que fue para ensayar una vuelta hacia Corrientes, o bien para despistar a los gendarmes e intentar alejarlos de los bultos sospechosos.
Mientras tanto, el pedido de ayuda activó todo un andamiaje de seguridad. En menos de una hora, personal y medios del Destacamento Móvil 5, Escuadrón Seguridad Vial “Santiago del Estero”, Unidad de Reconocimientos Especiales “Santiago del Estero”, Unidad Especial de Procedimientos Judiciales “Santiago del Estero” y Sección Reforzada “Santiago del Estero”, partieron hacia el lugar para realizar un operativo cerrojo. Los gendarmes recorrieron más de 160 kilómetros, pasando por Fernández, Garza, Herrera, Suncho Corral, hasta arribar al escenario neurálgico: paraje San Luis.
A la vez, un helicóptero se internó en el cielo del departamento Figueroa. Generando obvia sorpresa entre los lugareños, la nave sobrevoló La Invernada, Vaca Huañuna, Amamá y otros parajes enclavados en el monte santiagueño.
Hacia tamaña espesura ingresó el Toyota, el cual faltó muy poco para que sortease los seis controles montados por Gendarmería, cuan forzada valla en un radio de 100 kilómetros. Cerca del mediodía, el helicóptero divisó al automóvil evadido. Por tierra, varios gendarmes lo rodearon y terminaron interceptándolo en plena siesta.
Con todas las piezas reunidas, cuando los gendarmes abrieron las misteriosas bolsas negras descubrieron que los 341 paquetes contenían 263 kilogramos de marihuana.
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