A partir de ahora todos los que han cumplido 13 años pueden legalmente navegar en internet buscando contenido pornográfico y consultar cualquier tipo de información de ese carácter desde más de 200 bibliotecas públicas de Nueva York.
Lo curioso es que según lo que indica la Primera Enmienda de la Constitución de EE. UU. que protege los derechos a la libertad de expresión sin interferencia del Gobierno, los responsables de las bibliotecas no pueden impedir que los usuarios visualicen este tipo de páginas. Según la normativa que está en vigor, "la biblioteca no puede y no garantiza que el software de filtrado bloquee contenidos obscenos, pornografía infantil o materiales que puedan resultar ofensivos a menores de edad". La portavoz de la Biblioteca Pública de Brooklyn, Malika Granville, confirma que "los usuarios pueden ver lo que quieran en los ordenadores", debido a que la legislación solo obliga a instalar en los equipos de uso público filtros que bloqueen videos obscenos considerados ilegales, así como pornografía infantil. Al mismo tiempo, cualquier persona puede fácilmente desactivar los filtros por su cuenta o exigir que no se apliquen, por lo que su efectividad parece no tener sentido.
Desde que la visualización de los contenidos pornográficos ha sido autorizada, las bibliotecas de Nueva York se han convertido en el sitio más visitado por niños y ancianos que aprovechan al máximo dicha libertad.
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