Las historias
sobre las apariciones de una mujer fantasma, que sube a los vehículos de los
hombres que circulan solos por la ruta, empezaron en abril de este año, con el
testimonio de un vecino del barrio San Fernando, en Santiago del Estero.
Según su
relato, primero apareció en la banquina de la ruta, y a los pocos segundos el
bello y joven espectro femenino estaba sentado en el asiento del acompañante.
Él se aferró
al volante esperando a que todo pasara. De vez en cuando miraba de reojo.
Pero ella,
toda vestida de blanco, no se inmutaba. Así sucedió todo hasta que desapareció.
A partir de
ese momento, fueron muchos los que aseguraron vivir la misma inquietante
experiencia, exactamente a la misma altura de la ruta. A tal punto comenzaron a
sucederse los relatos que muchos conductores empezaron a tomar caminos
alternativos.
Uno de los
relatos más atemorizantes es el de un joven al que se le detuvo el auto en
plena Ruta 1, y cuando se bajó para averiguar el problema que lo había hecho
detenerse, apareció una luz muy fuerte que lo atemorizó y lo hizo volver a
entrar al auto para refugiarse. Pero apenas entró, notó a una mujer “joven y
bonita” que se había instalado en uno de sus asientos traseros.
El temor hizo
que tratara de arrancar el auto. Increíblemente ahora funcionaba todo
perfectamente. ¡El auto arrancó sin problemas!
La escena
continuó hasta que llegó a la zona poblada del barrio El Paraíso y el espectro
desapareció sin decir una palabra ni cruzar una mirada. Lo único que hizo
mientras estuvo dentro del auto fue mirar fijamente por la ventanilla y dejar
en pánico al conductor.
Lo cierto es
que, haciendo archivo, la historia parece repetirse en otras provincias del
país. Incluso hay una mujer fantasma de similares características en Balleroy,
en el norte de Francia. Podemos dudar. Siempre vale el escepticismo. Pero los
testimonios de este caso son cada vez más.
¿Se tratará
de la víctima de un accidente? ¿Será un familiar que nunca olvidó la escena?
¿Un antepasado que volvió a su tierra? ¿O simplemente una fábula que no conoce
fronteras? El resto es creer o reventar. El liberal
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