Rimsha, una
niña cristiana de 11 años que padece síndrome de Down, ha sido acusada de
blasfemia en la capital paquistaní, Islamabad, después de que un hombre
presentara una denuncia en su contra por quemar una decena de páginas del
Corán. La 'Comunidad Cristiana de Pakistán' denunció el suceso a través de su
página web y explicó que la menor fue detenida por el personal de la comisaría
de la mujer “por una falsa acusación”. La menor reside en el barrio capitalino
de Umara Jaffar. Unos 300 cristianos han abandonado sus hogares y se encuentran
en la clandestinidad debido a las amenazas de extremistas que bloquearon las
carreteras de acceso a su barrio y quemaron neumáticos con la intención de
incendiar el sector donde viven. Se han contactado con clérigos islámicos y con
la policía para poner la situación bajo control. En Pakistán aproximadamente el
97% de la población profesa el Islam, según el último censo de las autoridades.
La controvertida ley de la blasfemia, que fue aprobada durante el mandato del
militar islamista Mohamed Zia-ul-Haq (1977-88), contempla incluso la
posibilidad de pena de muerte por difamación contra el Islam o su profeta. Esta
legislación ha sido utilizada a menudo para saldar cuentas por enemistades
personales con miembros de grupos religiosos minoritarios, entre denuncias de
numerosos activistas y defensores de los derechos humanos que abogan por su
derogación. Según la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán, al menos 943
mujeres y niñas fueron asesinadas en 2011 por la violación de normas de
conducta de las mujeres que estipulan las leyes de las tribus locales. R.T.
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